El fútbol argentino vive un momento tan expansivo que no se detiene ni aquellos días que la FIFA reserva para la disputa de partidos entre combinados nacionales. Por eso, este fin de semana la televisión argentina mostró la derrota de la Selección por 2 a 1 ante España, además de los encuentros por el torneo local. Un combo eterno de un fútbol que sigue hoy lunes, mientras se escriben estas líneas, con la disputa de los tres encuentros que completan la 14° fecha del Torneo Apertura.
Este fútbol televisado en continuado, donde ningún partido se superpone en horario con otro para que los hinchas puedan disfrutar del llamado “Fútbol para todos”, permitió ver la gran victoria del puntero Banfield ante Vélez por 3 a 0 inmediatamente después de la derrota del equipo dirigido por Maradona en Madrid. Banfield, todavía invicto, parece ejecutar de modo convincente aquello que intenta generalmente, con poca suerte, la Selección. Los de Falcioni son un equipo que se cierra bien en defensa (sólo recibió 6 goles en 14 partidos) y que del medio hacia adelante cuenta con jugadores veloces y precisos, capaces de generar situaciones de peligro en el arco rival y trasformarlas en gol. Silva, Fernández y Rodríguez son un ejemplo de ello. No es el tiqui – tiqui del Huracán de Cappa, pero su presencia en lo más alto de la tabla demuestra que en el fútbol hay múltiples maneras de llegar a la victoria.
Con los mismo puntos que Banfield está el Newell´s de Sensini, que se trajo un triunfo valiosísimo de La Paternal ante Chacarita. Sin merecerlo, con un gol en contra de Zarif que irá a parar directamente a los videos de los bloopers de fin de año, los rosarinos lograron su sexto triunfo consecutivo. Esta vez no necesitaron de los goles de Boghossian sino que se apoyaron en la figura de su arquero Peratta para llevarse la victoria. Más atrás se agrupan Colón, de buena victoria ante Argentinos, Independiente, con su contundente triunfo en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo, y Estudiantes, en lo que parece ser el lote definitivo de serios aspirantes al título.
Como ya se dijo en este espacio, el pobre presente de los llamados equipos grandes del fútbol argentino (salvo Independiente, ninguno aparece entre los 7 primeros) abre un abanico de amplias posibilidades para que cualquiera de los otros conjuntos pueda llevarse el título. En 2008, River y Boca festejaron en el Clausura y en el Apertura respectivamente. Este año, sus malas campañas probablemente ni siquiera les permitan participar de la Copa Libertadores del año que viene. El buen fútbol hay que buscarlo en otro lado.
Muy buen repaso.
ResponderEliminarSaludos
a falta de un post acerca de lo realmente relevante en el futbol esta semana:
ResponderEliminarLA SELECCION DE DIOS
Todos los días mueren miles de personas. Algunas por una caída dentro de la regadera, otras al cambiar un fusible. Son muchas las que mueren cruzando una calle, siendo su último pensamiento “ojalá que la junta todavía no haya comenzado”. Hay quienes mueren atragantados con un chicle, o quienes lo hacen mientras cambian una llanta. Vaya, la muerte no avisa cuándo, dónde ni cómo.
Por eso son pocos y muy afortunados aquellos que se van porque hacían lo que más les gusta. Como Antonio de Nigris, quien se fue siendo jugador activo de un equipo lejano. Porque a diferencia de muchos jugadores mexicanos, víctimas infalibles del Síndrome del Jamaicón, el “Tano” se animó a jugar donde ningún otro jugador nacional se había aventurado. Basta recordar que cuando de Nigris llegó al América no echó raíces en un club que suele ser paternalista con sus contrataciones estelares. En vez de ello tomó el camino difícil, el del reto, y emigró al Villareal de España. Al poco tiempo, cuando ni siquiera figuraba en la banca, no se dobló y jugó para el oscuro Polideportivo. Luego partió a Colombia donde colaboró para que el Once Caldas alzara la última Copa Interamericana y regresó a México para enrolarse con Puebla y posteriormente Pumas.
Al volver tuvo la misma humildad que la de un joven debutante y nunca se le escuchó una sola excusa que intentara justificar su fugaz paso por la península Ibérica. Pudo haberse instalado en algún otro equipo de la liga mexicana, pero su espíritu aventurero se impuso a cualquier comodidad por lo que decidió enrolarse en un equipo de Turquía. En aquel país lejos de su idioma, su gente y cualquier costumbre que semejara a su natal Monterrey, de Nigris soltó pocas lágrimas y metió muchos goles. Durante varias jornadas llegó a pelear la tabla de goleo de la liga turca y fue llamado por segunda vez a la selección nacional donde todos soñábamos con verlo repetir un gol de bolea como el que le anotó a Brasil. Después vino el Larisa, equipo griego que desde hoy será más conocido en nuestro país que el Panantinaikos o el AEK de Atenas.
El fichaje en ese equipo no provocó sorpresa alguna; acostumbrados como estábamos a los cambios radicales del regiomontano a nadie le extrañó que hubiera cruzado esa nueva frontera. Allá, pensábamos muchos, quizá encuentre la temporada de oro que por fin encumbre su carrera. Esa temporada no habría de llegar nunca. Pero el recuerdo de Antonio de Nigris, ese quedará por siempre.
PS:
Antes que él se fueron Marc Vivien Foe de Camerún, en la Copa Confederaciones de 2003. En el 2004 vino el turno del húngaro Feher en el estadio del Benfica y de Serginho del Sao Caetano. En el 2007 fue Puerta del Sevilla y hace apenas 3 meses el capitán del Espanyol de Barcelona, Dani Jarque, quien murió en circunstancias muy similares a las de Antonio de Nigris. Ojalá que este sea el último de la lista. Dios, que parece estar formando un equipo de lujo allá arriba, todavía puede esperar.
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