Hollande muestra sus virtudes como futbolista |
“Para ser elegido, es necesario haber sido derrotado. Para ser amado, es preciso haber sufrido”. La frase podría oficiar de buen consejo para un futbolista con hambre de gloria, pero fue una máxima que eligió el nuevo presidente de Francia, François Hollande, para dirigir su carrera política. Su sueño máximo llegó el 6 de mayo pasado, cuando los franceses lo eligieron para conducir los destinos de la patria.
De chico, Hollande soñó con ser el delantero centro e ídolo del FC Rouen, un equipo de la ciudad homónima, ubicada en el noroeste de Francia, que hoy deambula por las categorías menores del fútbol galo. Incluso llegó a jugar en las divisiones inferiores del club.
Su carrera futbolística no consiguió gran suceso y tampoco su trayectoria política le deparaba grandes esperanzas hasta hace pocos meses. En 2010, cuando anunció su candidatura presidencial por el Partido Socialista, pocos lo veían como posible presidente. Dominique Strauss-Kahn, entonces director del Fondo Monetario Internacional, era el favorito. Luego llegaron los escándalos sexuales y el economista quedó fuera de carrera.
Hollande se largó entonces a competir ante Nicolás Sarkozy, el presidente que buscaba su relección. Pocas cosas unían políticamente a los candidatos. Una de ellas era su pasión por el deporte. Sin embargo, mientras Sarkozy se inclinaba por el ciclismo, Hollande prefería el fútbol. "Cuando tenía 13 años, el mejor momento de la semana era los martes, cuando compraba la revista France Football, y el jueves, cuando jugaba al fútbol. El sábado y el domingo iba a entrenarme con el FC Rouen", recordó Hollande a Radio France en la campaña.
De chico, Hollande soñó con ser el delantero centro e ídolo del FC Rouen, un equipo de la ciudad homónima, ubicada en el noroeste de Francia, que hoy deambula por las categorías menores del fútbol galo. Incluso llegó a jugar en las divisiones inferiores del club.
Su carrera futbolística no consiguió gran suceso y tampoco su trayectoria política le deparaba grandes esperanzas hasta hace pocos meses. En 2010, cuando anunció su candidatura presidencial por el Partido Socialista, pocos lo veían como posible presidente. Dominique Strauss-Kahn, entonces director del Fondo Monetario Internacional, era el favorito. Luego llegaron los escándalos sexuales y el economista quedó fuera de carrera.
Hollande se largó entonces a competir ante Nicolás Sarkozy, el presidente que buscaba su relección. Pocas cosas unían políticamente a los candidatos. Una de ellas era su pasión por el deporte. Sin embargo, mientras Sarkozy se inclinaba por el ciclismo, Hollande prefería el fútbol. "Cuando tenía 13 años, el mejor momento de la semana era los martes, cuando compraba la revista France Football, y el jueves, cuando jugaba al fútbol. El sábado y el domingo iba a entrenarme con el FC Rouen", recordó Hollande a Radio France en la campaña.
Por su parte, Sarkozy confesó que todas las mañana lee el diario deportivo L'Equipe. "Cuando iba al colegio, L'Equipe valía 60 céntimos. Lo comprábamos entre tres y cada uno ponía 20 céntimos. Cuando pasó a valer un franco nos preguntamos: ¿y ahora cómo lo vamos a pagar?", recordó en la campaña Sarkozy, conocido fanático del París Saint Germain.
Bajo su mandato, el ex presidente propició la llegada de inversiones de Medio Oriente al deporte francés, a tal punto que, en 2010, el 70 % de las acciones del club de sus amores pasó a manos de Qatar Investment Authority, un grupo de inversión fundado en 2005 para administrar los excedentes producidos por la explotación de los yacimientos petrolíferos y de las reservas de gas natural del país. El grupo ya realizó inversiones en empresas automotrices, supermercados y estudios de cine. Además de su afán de lucro, esta campaña de expansión de los consorcios qataríes se integra a un plan de promoción de la imagen internacional del país y al fomento del turismo.
Como bien reseña el periodista James M. Dorsey, Nicolás Zarkozy fue un factor determinante en la entrada de los capitales de medio oriente al fútbol francés. El entonces presidente mantuvo diversas reuniones con el titular del grupo, Tamim bin Hamam al-Thani, para atraer inversiones. Con amplios beneficios impositivos, los qataríes ya volcaron grandes capitales en importantes grupos económicos franceses. El deporte no escapa al fenómeno, al punto que el Tour de France podría tener pronto una etapa en Qatar. Desde la próxima temporada, la cadena de televisión Al – Jazeera será dueña de los derechos de televisión de la liga.
El fenómeno de los petrodólares del PSG se replica en Inglaterra, con el Manchester City, reciente campeón de la Premier, y en España, con grupos de medio oriente dueños de clubes como el Getafe y el Málaga, clasificado a la Champions League.
A la situación económica de Francia pueden serle útiles los millones qataríes. La crítica situación económica que sacude a la zona euro obliga a Hollande a ejercer su poder desde el comienzo. Sin embargo, sus recetas de campaña distaron de la ortodoxia liberal que sacude a Europa, signada por el ajuste presupuestario permanente. Hollande propuso un impuesto del 75 % para los ciudadanos con mayores ingresos en el país, lo que podría afectar a la liga local, que no sería ya un lugar propicio para las estrellas del fútbol mundial. A mayores impuestos, los futbolistas se marcharían a otras ligas con mejores beneficios, lo que podría afectar el proyecto galáctico del PSG.
Hollande también propuso la creación de una agencia mundial para luchar contra la corrupción en el deporte y se pronunció a favor la actividad física como fuente de salud. Quizás eso le ayude a evitar el sufrimiento necesario para lograr el amor definitivo de los franceses.
Muy bueno!!!! Deporte y política siempre estuvieron relacioados: ahora esta relación está cada vez más visible e invade otras áreas, como la televisación, por ejemplo.
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ResponderEliminarby reading thes pleasant posts.
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