Nadie gana – La violencia del fútbol argentino en 2013

Incidentes en La Plata, el día que murió Javier Gerez

En el césped, Lionel Messi es capaz de dejar atrás a cuanto rival se le interponga en el camino, pero su destreza no es suficiente para acabar con la violencia en el fútbol argentino. En noviembre pasado, el crack participó de un video contra los incidentes en los estadios. Sin embargo, sus lágrimas no pudieron detener la barbarie. En las semanas siguientes, seis fanáticos perdieron la vida en hechos relacionados con el fútbol en la Argentina. Los muertos en los últimos 12 meses sumaron 18, la cifra más alta de los últimos 45 años.

La barbarie

“Nadie gana” decía el video auspiciado por la Fundación Leo Messi y la Municipalidad de Rosario, donde se vio a un al crack entre lágrimas e imágenes de incidentes. En 2013, en el fútbol argentino vencieron la barbarie, la muerte y el negocio de las barras, que gracias a su violencia mercantil continuaron ganando su partido y aumentando el dinero en sus cuentas bancarias. Los hinchas pacíficos fueron los grandes derrotados, ante un estado incapaz de implementar políticas eficaces para garantizar espectáculos deportivos seguros.

En junio pasado, la policía bonaerense mató a Javier Gerez, hincha de Lanús, en La Plata. Pocas semanas más tarde, Marcelo Carnevale y Angel Díaz murieron en un pelea interna de la barra brava de Boca, en la previa de un encuentro amistoso ante San Lorenzo. El estado argentino implementó entonces su medida maestra: todos los encuentros del torneo local se disputarían sin hinchas visitantes.

Tragedia en Rosario, el día de las muertes de Boladian y Palacios
Así fue como San Lorenzo se consagró campeón del Torneo Inicial sin fanáticos que pudieran celebrar el título en el estadio de Vélez. Aquella noche del 16 de diciembre, el torneo argentino combinó la felicidad con la tragedia. Mientras miles de hinchas de San Lorenzo festejaban el título en Buenos Aires, dos fanáticos eran asesinado en Rosario.


Leonardo Boladian y Walter Palacios viajaban hacia Buenos Aires luego de ver el encuentro entre Newells´s, su equipo, y Lanús. Sin ninguna provocación previa, fueron atacados a balazos por fanáticos de Rosario Central, que les causaron la muerte.

Sin embargo, esta modalidad de violencia entre rivales no es la que se impone a la hora de muerte, ya que más de la mitad de los incidentes fatales de 2013 se produjeron por peleas internas en las hinchadas. Fueron 10 los fallecidos de esta forma:

  • Nicolás Pacheco (hincha de Racing, muerto en una de las sedes del club). 
  • Adrián Velázquez (hincha de Tigre) 
  • Diego Bogado (hincha de Velez, encontrado muerto en la herrería del club) 
  • Marcelo Carnevale y Angel Díaz (hinchas de Boca) 
  • Lorena Morini (hincha de Independiente, primera mujer barra muerta en la historia del fútbol argentino) 
  • Fernando Morales (hincha de Colegiales) 
  • Ronaldo Delgado y Hugo Sarmiento (hinchas de Deportivo Aguilares de Tucumán, de la cuarta categoría del fútbol argentino) 
  • Walter Larrea (hincha de Rosario Central)
Del resto de las víctimas fatales, 6 murieron a causa de enfrentamientos o ataques de hinchadas. Son ellos: 

  • Gabriel Aguirre (hincha de Newell´s atacado a balazos por fanáticos de Central, mientras caminaba con una camiseta de su equipo por la calle) 
  • Santiago Godoy (comerciante, se asomó a su negocio de venta de autos mientras hinchas de Ituzaingó se enfrentaban con la policía y murió de un disparo) 
  • Jonathan Villegas (atacado por barras de Talleres de Córdoba en un balneario) 
  • Leonardo Boladian y Walter Palacios (atacados a balazos sin provocación previa luego de un encuentro de Newell´s) 
  • Gustavo Pellegrina Criffoulier (murió de un disparo al quedar en medio de un enfrentamiento entre barras de Independiente Rivadavia y Club Argentino, durante un partido de fútbol infantil). 
Cristian Emiliano Monti

Las víctimas restantes son Javier Gerez, el hincha de Lanús asesinado por la policía, y Cristian Emiliano Monti, un futbolista de 16 años, quien murió durante el partido que jugaban Libertad y su equipo, Juvenil de Barrio Comercial, en Córdoba, por la quinta división de la liga regional. Durante el encuentro, Monti recibió una serie de golpes de tres rivales y debió ser hospitalizado. Permaneció en coma durante más de cuatro meses, hasta que miró en noviembre pasado.

No sólo muertes

Las prácticas de las barras no se manifiestan sólo con la muerte. Sin embargo, lo curioso es que muchas de sus acciones están legitimadas por distintos actores del mundo futbolístico y fuera de él.

La hinchada de Talleres de Córdoba, conocida como “La Fiel”, se nucleó hace un tiempo en una fundación homónima. En mayo de 2013, luego del campeonato obtenido por su equipo en la tercera división, la Legislatura de la Provincia de Córdoba reconoció a este grupo "por su compromiso para erradicar la violencia del fútbol". Un hecho llamativo ya que, en 2006, algunos de sus integrantes habían participado de la muerte de Matías Cuesta, un joven de 18 años asesinado en Buenos Aires cuando viajaba en tren luego de ver un partido de Atlanta.

"La Fiel", reconocida en Córdoba
Luego de la distinción, “La Fiel” incluso fue invitada a la Cámara de Diputados de La Nación para una disertación sobre violencia en el fútbol. En noviembre, sus principales miembros no honraron las menciones obtenidas y mataron a golpes a Jonathan Villegas, de 21 años, tras una discusión en un balneario de Carlos Paz. Pocas horas más tarde, la Legislatura de Córdoba resolvió dar marcha atrás y quitarle a "La Fiel" la distinción otorgada.

Otras hinchadas no recibieron tan buen trato por parte de los organismos públicos. Las barras de Boca y River son investigadas por su estrecha relación con las dirigencias de sus clubes, que contarían con un aceitado sistema para la entrega de entradas de favor para los partidos de cada equipo. Incluso 51 barras de Boca y un dirigente del club fueron detenidos. Las causas judiciales, a cargo de los jueces Manuel de Campos y Fernando Caunedo, aun continúan.

En el expediente xeneize, la justicia detuvo incluso a Pablo Migliore, entonteces arquero de San Lorenzo, por encubrir a Maximiliano Mazzaro, barra de Boca prófugo.

Causas y consecuencias

La connivencia y el apoyo que las barras bravas argentinas reciben de distintos sectores del fútbol y de otros ámbitos como la política y el sindicalismo, junto con la impunidad, son cuestiones pendientes y explican en buena parte el panorama actual. Pero muchas veces obstruyen la posibilidad de avanzar en la resolución del problema con medidas alternativas para garantizar espectáculos futbolísticos seguros. Una solución que llegará con leyes efectivas y políticas estatales eficaces, que no centren la mirada únicamente en los grupos de hinchas organizados.

En el libro “Violencia en el fútbol – Investigaciones sociales y fracasos políticos”, el sociólogo Sebastián Sustas analiza minuciosamente las leyes 23.184, 24.192, el decreto 1466/97 y la ley 26.358, que junto a otras resoluciones, conforman el soporte legal con el cual el estado argentino actúa en los eventos deportivos.

Al analizar las normas, algunas sancionadas hace más de 20 años, Sustas concluye que el propio estado argentino construye un modelo de hincha violento y predispone el escenario deportivo para el conflicto. “Todas las medidas conducen a una mayor militarización del espacio del estadio y control de los espectadores, que a las claras y según permite observar la estadística, denotan el fracaso de este tipo de medidas como forma de control de la violencia en los estadios” agrega el autor.

Como bien se revela en el trabajo, entre 1981 y 1990, el 60 % de los incidentes fatales en el fútbol argentino ocurrieron por enfrentamientos entre hinchadas rivales. Las muertes entre miembros de una hinchada eran entonces menos del 10 %. Desde 2006, esa modalidad es amplia mayoría.

El último año fue una muestra más del diagnóstico erróneo: cuando se impidió al público visitante concurrir a los estadios, las muertes, lejos de disminuir, aumentaron. Desde la prohibición de los hinchas visitantes, en julio pasado, murieron 12 personas.

Sin embargo, las normas nunca se ajustaron al nuevo panorama. Así es como el estado legisla y controla la violencia bajo la idea de que la rivalidad es la causa de la muerte. Y así gobierna en los estadios: controla, revisa, separa, siempre bajo la hipótesis de conflicto latente.

En 2012, fueron 12 las víctimas. En 2013, la cifra se elevó a 18. En toda la historia, son más de 280 los fallecidos. Números de la barbarie y muerte. ¿Nadie gana? ¿O pierden siempre los mismos?

Aquí el video de Lionel Messi contra la violencia en el fútbol: