Ascenso, caída y sustentabilidad del fútbol moderno

Abdullah Bin-Nasser Al-Thani
El Málaga de España es una buena muestra del ascenso y de la caída vertiginosa de algunos clubes de fútbol. En 2010, el jeque Abdullah Bin-Nasser Al-Thani adquirió las acciones del equipo e invirtió millones refuerzos. Así, el Málaga logró ubicarse entre los primeros puestos de la liga española. Su pico máximo de rendimiento se dio en la pasada edición de la Champions League, cuando fue eliminado en cuartos de final en el último minuto por el Borussia Dortmund. Pero en junio pasado, el Tribunal de Arbitraje deportivo (TAS) ratificó que el club no podrá competir en la próxima edición de la Europa League por las deudas que mantiene. El entrenador Manuel Pellegrini, hacedor de las grandes campañas de los tres últimos años, se marchó al Manchester City.

En Europa, actualmente los clubes son ricos por tradición o por la chequeara de sus propietarios. Hace unos años, magnates como Roman Abramovich y Sulaiman Al Fahim volcaron dinero fresco en Inglaterra y reavivaron a equipos antiguos como el Chelsea y el Manchester City, que tras largos años de campañas mediocres vieron llegar estrellas al campo y títulos a sus vitrinas.

Hoy es el turno de Francia, un fútbol históricamente de segundo orden, que replica el modelo inglés y gracias a la chequeara de árabes y rusos ve llegar estrellas a sus equipos. En este mercado, el uruguayo Édison Cavani fue el crack que arribó al París Saint Germain, hoy bajo el ala del qatarí Nasser Al-Khelaifi. Antes, lo habían hecho Ibrahimović, Pastore, Lavezzi y David Beckham entre otros, poblando de estrellas un club que hace pocos años corrió riesgo de perder la categoría.

Dmitry Rybolovlev
Hoy, el club francés de moda es el Mónaco, quien gracias a los millones del magnate ruso Dmitry Rybolovlev ya presentó a los colombianos Radamel Falcao y James Rodríguez, al francés Jeremy Toulalan y el portugués Joao Moutinho. Multimillonario gracias a su empresa de fertilizantes de potasio, Rybolovlev hoy es dueño de un emporio, al que incorporó el club francés en 2011. El ruso se quedó entonces con las acciones del club por el simbólico precio de un euro, cuando el equipo estaba en segunda. Hoy aspira a ganar la League 1 y pelear por la Champions League.

La liga española, lejos de estos proyectos, ve derrumbarse su modelo de derechos televisivos. A partir de 2015, los clubes negociarían los derechos de forma conjunta. El Real Madrid y Barcelona cotizan como los clubes más importantes del mundo. Se repartieron las últimas 9 ediciones de la liga. Pero detrás de este duopolio multimillonario y rentable, la clase media del fútbol español ve emigrar sus figuras a la Premier League: Jesús Navas y Negredo, al Manchester City; Antonio Luna, al Aston Villa, Jordi Amat, al Swansea, Iago Aspas, al Liverpool, son algunos de los que se marcharon recientemente. En total, al menos 32 españoles jugarán en la próxima temporada de la Premier.

Newell´s celebre el Torneo Final
En Argentina, los equipos mantienen su perfil exportador de futbolistas, pero no por eso logran achicar sus pasivos. En los últimos años, los equipos más importantes han perdido la hegemonía que tradicionalmente mantenían sobre el resto. Esta semana, el diario La Nación realizó una breve reseña sobre esta cuestión:

· Ocho de los últimos diez campeones no fueron equipos grandes. Con excepción de los títulos de Boca en el Apertura 08 y el Apertura 11, el resto fueron para Vélez (Clausura 09 y 11, e Inicial 12), Banfield (Apertura 09), Argentinos (Clausura 10), Estudiantes (Apertura 10), Arsenal (Clausura 12) y Newell's (Final 13).

· En las últimas cuatro Copas Libertadores, hubo 21 representantes argentinos y apenas tres fueron equipos grandes.

· En los últimos tres años, de entre 18 posiciones "de podio" posibles (las tres de cada uno de los seis campeonatos de la temporada), apenas tres fueron ocupadas por alguno de los cinco más poderosos.

En la Argentina, los millones que aporta el Estado por los derechos de televisión no lograron modificar el panorama, con deudas millonarias que exigen ventas continuas de futbolistas para equilibrar los presupuestos. En España, mientras los dos colosos celebran títulos, los clubes mantienen deudas sólo con el fisco por más de 600 millones de euros. Mientras tanto, la próxima Supercopa entre Real Madrid y Barcelona comenzará a las 22.30. Si el trofeo se define por la prórroga, los espectadores podrían salir del campo cerca de las dos de la mañana. Un horario necesario para transmitir el encuentro en China. 

"Hemos vendido nuestra alma y no tenemos control sobre los horarios. La verdad es que no puedo decir que la televisión sea algo malo, pero no es normal que tengas una influencia tan grande en el calendario" fueron las palabras de Arsene Wenger a comienzos de 2012, cuando el Arsenal, equipo al que entrena, fue programado dos jornadas consecutivas para jugar el lunes por la tarde. A un fútbol con el alma en las planillas de rating, ojalá alguna vez le llegue el momento de un modelo sustentable.

Turquía: protestas, arreglos y el sueño del Mundial Sub - 20

Los juveniles franceses celebran el título mundial
Mientras Uruguay y Francia definían ayer el Mundial Sub – 20 en Turquía, más de 50 prisioneros por las protestas sociales en aquel país se mantenían en huelga de hambre. Las detenciones no se registraron sólo en el parque Gezi de Estambul, centro de las masivas protestas, sino que la Policía persiguió a algunos manifestantes incluso hasta su casa, según informó la ONG Asociación de Derechos Humanos. Ayer, en el estadio Telekom Arena de Estambul, Francia venció a Uruguay por penales y se llevó el título. En las calles, las protestas manguaron, pero los reclamos y las tensiones permanecen.

Turquía soñó el Mundial Sub – 20 de 2013 como una buena plataforma para sus aspiraciones de recibir a los Juegos Olímpicos en 2020. Pero como le sucedió Brasil en la reciente Copa de las Confederaciones, aquello que se esperaba como una gran fiesta popular terminó eclipsado en parte por las masivas protestas sociales.

El 27 de mayo, poco antes del comienzo del torneo, el primer ministro Recep Tayipp Erdogan anunció un plan para demoler el legendario parque Gezi, ubicado dentro de la plaza Taksim de Estambul, y construir allí un gran centro comercial. Un grupo de manifestantes se concentró para defender el espacio público y fueron brutalmente reprimidos por el ejército. Entonces, una multitud convocada principalmente por las redes sociales se sumó a las protestas, que se extendieron a diferentes ciudades del país.

En medio de la Copa Confederaciones, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, voló de Brasil de a Turquía, para la inauguración del Mundial. Tanto en el país Europeo como en Sudamérica, las protestas masivas surgieron a partir de un reclamo menor y gracias a la acción brutal de las fuerzas de seguridad se volvieron multitudinarias, con reclamos más amplios. Al igual que Brasil, Turquía vive un período de gran crecimiento económico, con 10 años de crecimiento continuo. Los reclamos exigían mayores libertades individuales, menos corrupción y mayor reparto de la riqueza. Hasta ahora, las protestas dejaron cinco muertos, más de 7.000 heridos y centenares de detenidos.

Ante el estallido, el primer ministro se mantenido firme en su puesto y calificó a los manifestantes como "vándalos" y "terroristas", términos muchas veces aplicados a las hinchadas de fútbol. Precisamente, los grupos de fanáticos organizados de los principales equipos del país, como el Galatasaray, el Fenerbahce y el Besiktas, se incorporaron activamente a las marchas de protesta, conviviendo pacíficamente entre ellos. Cantaron consignas contra el gobierno y se enfrentaron con la policía.

Dentro de estos grupos, se destacaron los llamados “Carsi”, un conjunto de seguidores del Besiktas, que se instalaron en la plaza Taksim y se ganaron la confianza de los manifestantes. Los “Carsi” levantaron las primeras barricadas y lucharon mano a mano con las fuerzas de seguridad. Muchos de los manifestantes se tomaron fotos con ellos y compraron su marchandising. En la plaza, se vendieron camisetas con los escudos del Besiktas, del Galatasaray y del Fenerbahce, los equipos más importantes de la capital, con la frase "Istanbul united".

El gobierno vio caer sobre sús espaldas la influencia del fútbol antes de estas protestas. Recientemente, el Besiktas fue apartado de la Europa League de la próxima temporada y el Fenerbahce fue excluido de los torneos de Europa por los próximos tres años, con el último en suspenso, por partidos arreglados. Un tribunal local encontró pruebas concretas de 7 partidos amañados y 13 personas fueron condenadas.

Entre los detenidos por esta trama de corrupción se destacó el presidente del Fenerbahce, Aziz Yildirim, quien más tarde fue condenado a tres años y nueve meses de prisión. Entonces, el gobierno de Erdogan, seguidor del Fenerbahce, envió una ley al parlamento que establecía una reducción de penas para los responsables de arreglo de partidos. El escándalo sucedió en 2011, cuando el Fenerbahce obtuvo 17 victorias en 18 partidos.

El Mundial Sub – 20 de Turquía no resultó la fiesta esperada. Ni por los incidentes en las calles mientras se disputaba el torneo, ni por los poco más de 5 mil espectadores que en promedio poblaron las tribunas de los estadios, que muchas veces lucieron vacíos. En Turquía, la fiesta no fue de los turcos, sino de los franceses que, tras empatar 0 a 0 con Uruguay en la final, vencieron en la definición por penales y se llevaron el título mundial Sub – 20 por primera vez en su historia.

Aquí la definición de Mundial Sub - 20 entre Francia y Uruguay:

Bahréin: fútbol, Fórmula 1 y represión

Salman Bin Ibrahim Al Khalifa
El pasado 2 de mayo, el jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa fue recibido con aplausos por sus compañeros de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) en el lujoso hotel de Kuala Lumpur. Pocos minutos antes, había sido elegido Presidente del organismo que rige el fútbol asiático. Salman reemplazó en el cargo a Mohammed Bin Hammam, quien tuvo que marcharse en diciembre tras ser expulsado de la FIFA acusado de corrupción y compra de votos en su camino a la presidencia.

Salman le permitió a Bahréin tomar nuevamente los focos del mundo deportivo, pero esta vez con una semblanza diferente a lo sucedido pocas semanas antes, cuando el pequeño emirato de Medio Oriente recibió al Gran Premio de Fórmula 1. Como sucede desde 2011, aquella vez, la llegada del gran circo automovilístico concentró diferentes protestas contra el poder que gobierna el país.

Deporte y alta política

Salman forma parte de la familia real de Bahréin. Su vida estuvo estrechamente ligada al deporte, desde que practicaba fútbol en las categorías inferiores del club Riffa. Luego inició su carrera como dirigente deportivo, que lo tuvo como miembro de los comités disciplinarios de la AFC y la FIFA y como presidente del Mundial de Clubes Japón 2008. En su país, Salman es presidente de la Asociación de Fútbol, Ministro de Deportes y vicepresidente del Comité Olímpico.

Quizás el jeque haya lanzado la idea de llevar la Fórmula 1 al emirato, para mostrar al mundo un país civilizado, capaz de recibir grandes eventos. En 2004, el gran circo llegó a Bahréin y los autos cruzaron a toda velocidad el circuito construido en pleno desierto.

Pero la tensión entre un gran evento deportivo, el poder local y las manifestaciones sociales que se han visto en Brasil durante la reciente Copa de las Confederaciones no son exclusivas del gran país sudamericano. Khalifa bin Salman al Khalifa, primer ministro bahreiní que gobierna el país sin elecciones desde 1970, también lo sufrió en carne propia.

Manifestaciones en Bahréin
En 2011, más de 300 mil de los 1,2 millones de personas que habitan el país se volcaron a la calles, al calor de las manifestaciones de la primera árabe que surgieron aquel año. Reclamaban la posibilidad de elegir a sus representantes en elecciones, la igualdad de derechos en sunnitas y chiítas y la defensa de los derechos humanos, permanentemente avasallados.

Hace dos años, las multitudinarias manifestaciones llevaron a la suspensión de la carrera de F1. La brutal represión dejó decenas de muertos y centenares de heridos. Un informe de Centro de Derechos Humanos de Bahréin afirma que la represión ha continuado desde entonces: los presos políticos son centenares (Bahréin es el país con mayor número de prisiones políticos per cápita del mundo) y continúa la tortura en los centros de detención.

En 2012, el gobierno se preparó ante eventuales conflictos en la carrera de la F1. Pocos días antes, la policía detuvo a 80 activistas, en su mayoría dirigentes opositores. Pese a todo, cientos de personas se manifestaron en las calles y cerca del aeropuerto, donde se guardaban los equipos para la carrera.

El alemán Sebastian Vettel ganó el Gran Premio, en medio de fuertes medidas de seguridad y de multitudinarias protestas, que dejaron un muerto de 36 años, en Manama, la capital del país. Los manifestantes denunciaron entonces que la policía no entregó el cadáver a la familia para evitar que el funeral coincida con la competencia.

A comienzos de 2013, el gobierno convocó a dirigentes opositores a un “Diálogo Nacional", con el objetivo de dar respuesta a algunas de las demandas sociales, que se expresan en las multitudinarias manifestaciones, que continúan desde 2011. El proyecto logró en parte contener las protestas y la carrera de F1 de este año pudo desarrollarse sin grandes reclamos, aunque pocas respuestas concretas se ofrecieron a las demandas sociales.

Un presidente acusado

Este clima de convulsión interna también manchó a Salman, el flamante presidente de la AFC. Pocos días antes de la elección, el Centro de Derechos Humanos de Bahréin envió una carta a la FIFA para impedir la elección. "El jeque Salman Bin Ibrahim Al Khalifa está involucrado en violaciones a los derechos humanos. Fue responsable de la persecución contra futbolistas, directivos, árbitros y entrenadores que participaron de las protestas democráticas desde febrero de 2011", decía el escrito.

El Centro de Derechos Humanos denunció además que, el 20 de abril de 2011, Salman presidió una reunión de la Asociación de Fútbol de Bahréin donde hizo hincapié en que la Asociación debía trabajar en la eliminación de cualquier persona que hubiera participado de las protestas contra el gobierno, ya sean directivos, jugadores o árbitros. La Agencia de Noticias del país informó de esta decisión y luego se conocieron imágenes de atletas y jugadores en la televisión. Más de 150 atletas, entrenadores y árbitros de diferentes deportes fueron encarcelados y torturados.

"Ustedes hablan de acusaciones. Pero la pregunta es: ¿tienen pruebas?", dijo Salman a los periodistas tras su elección como presidente de la AFC. "Hay gente que habla del gobierno, pero no creo que ése sea nuestro cometido en el fútbol. Somos gente de fútbol. Si alguien tiene pruebas de que la federación de Bahréin ha violado los estatutos de la FIFA o de la AFC, que las presente", agregó. El artículo 11 del reglamento de la AFC, y el artículo 14 de los reglamentos de la FIFA, exige una neutralidad en los organismos futbolísticos de los diferentes países y la contravención puede dar lugar a la suspensión de la asociación.

Mohamed Hubail
Mohamed Hubail, jugador de la selección nacional de fútbol, fue detenido luego de las manifestaciones de 2011. Fue golpeado y torturado en prisión. Luego fue condenado a dos años de cárcel. La presión de la FIFA y otros organismos internacionales permitió su liberación poco después. Pero jugadores de básquet, fútbol, handball, corredores de autos y entrenadores sufrieron condenas de más de 15 años de prisión por sus protestas. Ni eso impidió la elección de Salman. Tras su asunción, dijoel nuevo presidente dijo a la prensa: "Necesitamos reformas completas, donde los tomadores de decisiones deban rendir cuentas. Limpiar el pasado y pasar la página para el futuro, restablecer la transparencia y la integridad". Hablaba de la AFC, no de lo que sucede en Bahréin.

Aquí, imágenes de las protestas en Bahréin contra la Fórumula 1: