La volcada del año en la NBA

Con la temporada en sus inicios, pocas acciones podrán superar este doble de Blake Griffin sobre Kendrick Perkins, en la victoria de Los Angeles Clippers por 112-100 ante el líder de la NBA, Oklahoma City Thunder. Griffin ya fue campeón del concurso de volcadas del "All Star Game".

Video:

 

Un Boca contundente y un River impotente en el primer clásico

Blandi festeja el primer gol de Boca
Demasiadas expectativas para tan poco fútbol. El clásico entre Boca y River disputado ayer en el Chaco regaló a los xeneizes un triunfo contundente y a los millonarios una nueva derrota, pero dejó pocas emociones y aún menos dosis de fútbol bien jugado.

El primer Boca – River de 2012 llegaba precedido de grandes expectativas, sobre todo por la presencia de los equipos en categorías diferentes. En ese marco, los amistosos de verano se convirtieron en la única posibilidad de dirimir fuerzas mano a mano. Con uno en Primera y otro en la B, el amistoso era la única chance de ver cara a cara al descendido, de efectuar la cargada en vivo y directo por el descenso de categoría.

Los compromisos contractuales con los organizadores se impusieron sobre los deseos de los protagonistas (River especialmente), deseosos de postergar el compromiso. El fútbol de verano, chato, de físicos duros y pocas emociones, vio en el superclásico la posibilidad de elevar el interés de los hinchas y pasar a los primeros planos.

En los primeros 6 minutos de partido se vivieron más emociones que en el resto del encuentro. Con clima de clásico oficial y fuerte emoción en las tribunas, fue River quien tomó el control desde el inicio y presionó arriba a los xeneizes. Sánchez, Funes Mori y Cavenaghi dispusieron de buenas chances para marcar, pero enseguida Mouche desbordó y envió un centro certero para Blandi, que de cabeza anotó el primer gol.

Paulatinamente la estrella millonaria se fue apagando. Cerca del cuarto de hora, Boca emparejó el trámite y llevó el partido a la mitad de la cancha. Apareció un juego errático de pases cortos, pelotas divididas y foules constantes. En el territorio áspero del centro del campo se jugó el partido en el resto del primer tiempo. A los 26 minutos, Domínguez perdió el control, pegó, protestó y se hizo echar. La tendencia del partido ya no se modificaría.

Con 10 jugadores, con bajos rendimientos de la mayoría y con escasa generación de juego en ataque, sobre todo después de la salida de Domínguez, River fue impotente ante la adversidad. Boca se recostó en su solidez para sostener el trámite sin pasar sobresaltos. Los de Falcioni pocas veces aprovecharon los espacios que dejaba River en defensa y sólo encontraron el segundo gol a los 33 minutos de la segunda parte nuevamente de la mano de Blandi.

River intentó una reacción tímida luego de las expulsión de Roncaglia, pero ni siquiera el saberse en igualdad de condiciones elevó la moral de los millonarios, que durante la segunda parte recurrieron a los pelotazos largos para el ingresado Trezeguet como arma casi exclusiva de ataque. Los resultados están a la vista. En Boca, el debutante Ledesma se integró en buen nivel al equipo, Schiavi aportó solidez en defensa, Somoza hizo lo mismo en la mitad de la cancha y Blandi fue contundente en las opciones que tuvo. Suficiente para llevarse el triunfo.

Con lo poco que ofreció el espectáculo dentro del campo, saltan a la vista los aspectos extra futbolísticos que rodearon al clásico estival. La violencia latente de los hinchas y los supuestos contactos de las autoridades gubernamentales de la provincia de Chaco con los líderes de las barras bravas para evitar incidentes y la posibilidad de que la fiesta transcurra en paz.

Chaco tuvo jornada festiva, con un estadio colmado y un encuentro vinculado estrechamente al poder ejecutivo provincial. El gobernador Jorge Capitanich entiende al fútbol como instrumento político. Es presidente del club Sarmiento, construyó el estadio que ayer albergó al clásico y llevó los torneos de verano a una provincia que nunca había recibido esta clase de partidos. Su presencia constante en los medios masivos en los últimos días es fiel reflejo del interés político de aprovechar el fenómeno deportivo para obtener mayor popularidad.

En un partido de altas expectativas pero de bajo nivel, quedará en la memoria la pasión de los hinchas, la fiesta de la tribuna y el morbo de ver de por primera vez en una cancha a Boca en Primera frente a River en la B. El trámite del partido no quedará en el vagón de los mejores recuerdos.

Aquí el primer gol de Blandi en el clásico:


Las batallas de Brasil para llegar al Mundial 2014


Quizás haya sido un gesto hacia el público que lo escuchaba, o una forma de presión. “Está muy avanzado todo. Hay más problemas en Brasil 2014”, dijo la última semana Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, en una conferencia de prensa en San Petesburgo, Rusia, en referencia a las obras para los próximos mundiales. Pocos días antes, en broma, o no tanto, Jerome Valcke, secretario general de la FIFA, dijo ante la prensa en Brasil que el gobierno el gobierno local “pide demasiado", en referencia a la Ley General del Mundial 2014, exigida desde Zurich, pendiente de aprobación en el parlamento. No son más que nuevos puntos de tensión en torno a un torneo que a dos años medio encierra más de una controversia entre sus responsables.


El nombramiento

El Presidente Lula con la Copa FIFA
El 30 de octubre cambió la historia deportiva de Brasil y cambio la historia de la FIFA. Aquel día, la casa que rige los destinos del fútbol mundial designó al país sudamericano como sede de la Copa del Mundo de fútbol de 2014. Ese día, el entonces presidente Lula y Ricardo Texeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, exhibieron el trofeo y celebraron el nombramiento sin oposición. En época de rotación continental, en el turno correspondiente a Sudamérica Julio Grondona declinó una candidatura argentina para ser sede y la delegación brasileña viajó a Zurich sabiéndose ganadora.

Luego de la designación solitaria de Brasil, la FIFA dobló la apuesta y en diciembre de 2010 eligió en dupla a Rusia y Qatar como sedes de los mundiales de 2018 y 2022, ya sin fijación de antemano del continente que albergaría la copa. Las denuncias de corrupción y compra de votos se encadenaron y el propio Blatter reconoció recientemente el error de aquélla decisión conjunta.

Desde 2007, las relaciones del gobierno brasileño con su propia confederación de fútbol y con la FIFA pasaron momentos turbulentos. Disputas políticas, imposiciones desde Zurich, acusaciones de corrupción, reformas de infraestructura necesarias, fueron puntos de conflicto entre las partes, que aún se miran con recelo.

Desconfianzas

Se estima que el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016 demandarán inversiones por 52 mil millones de dólares. El estado y los privados ya participan del plan, que pone al deporte como uno de los motores de desarrollo de la recientemente consagrada sexta economía mundial.

Sin embargo, el programa de trabajo sufrió varias alteraciones. En un documento presentado por Brasil a la FIFA en 2007, la estimación de gastos públicos por la construcción de estadios era de aproximadamente 1000 millones de dólares. Cuatro años después, ese valor habría aumentado a 6000 mil millones.

Más allá del dinero, las obras no marchan a gusto para la FIFA e incluso el secretario general, Jerome Valcke, dijo hace unas semanas que Brasil "no puede perder ni un día más". Agregó que conducir entre las ciudades brasileñas es una "pesadilla" y que salir de los aeropuertos del país "lleva medio día".

Los operativos con tanques, helicópteros y tropas de elite del ejército se suceden, para limpiar las 40 favelas cercanas a los eventos deportivos, pero las preocupaciones continúan. Sin embargo, con más de 600 favelas que se despliegan por las laderas de Río de Río de Janeiro, donde viven 1,5 millones de personas, las bandas de narcotraficantes, y sus negocios violentos asociados, lejos parecen estar pasar a mejor vida bajo la fuerza.

Sombras políticas

En octubre pasado, el Ministro de Deportes del gobierno brasileño Orlando Silva renunció bajo acusaciones de apropiación indebida de más de 20 millones de dólares, destinados a un fondo para promover el deporte entre los niños más pobres. Silva estaba a cargo de la dirección de los preparativos para la Copa del Mundo de fútbol y los Juegos Olímpicos de 2011.

Otro que dejó su cargo, provisoriamente, es Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol y del comité organizador de la Copa Mundial de 2014. Texeira alegó motivos de salud para su licencia, que supuestamente terminará el 31 de enero. En sus 22 años como directivo, ha recibido denuncias por delitos como lavado de dinero y evasión de impuestos. Pese a todo, Texeira, de tensas relaciones con el gobierno de Dilma Rouseff, anunció que volverá para dirigir la organización del Mundial y luego se retirará.

Mientras tanto, desde Zurich apuran la sanción de la Ley General del Mundial 2014, que regula aspectos organizativos de la Copa. En el Mundial, sólo una empresa de comida rápida podrá vender sus productos en los estadios y se prevé cambiar la ley brasileña que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas, para que los fanáticos puedan comprar cerveza Budweiser mientras miran los partidos. Asimismo, desde Zurich presionan por la creación de lo se que califica como "tribunales de excepción", para juzgar casos de piratería u otros ilícitos que tengan relación con la Copa del Mundo. La FIFA también exige mayores castigos a quienes se dediquen a la piratería en marcas y productos vinculados al Mundial.

Mientras tanto, desde Brasilia buscan imponer la concesión de descuentos en las entradas a ancianos y estudiantes de escuelas públicas y la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en los estadios, lo que está previsto en las leyes brasileñas. “Brasil no vencerá a la FIFA", afirmó Valcke en noviembre pasado, en una nueva embestida contra el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, y agregó que Rusia y Qatar ya resolvieron esa cuestión y que en Brasil 2014 la FIFA no dará marcha atrás, pese a la resistencia del gobierno. Luego de las últimas reuniones, se espera que la ley sea aprobada por el parlamento en marzo.

La fiesta de otros

Frei Betto, teólogo de la liberación
"La FIFA es un casino. En un casino muchos juegan y pocos ganan. Quien jamás pierde es el dueño de casa y así funciona la FIFA, que se interesa más en ganancias que en el deporte y desembarcó en Brasil para obligar al Gobierno a olvidar leyes y costumbres", dijo el teólogo brasileño Frei Betto en un artículo publicado en el diario Correio Braziliense.

Al igual que muchos, como el diputado y ex futbolista Romario, Frei Betto también asegura que el Mundial "no será de los brasileños", pues la mayoría de las entradas "será vendida anticipadamente" en Europa, Asia o Estados Unidos, con lo que la población local será marginada "de su propia fiesta".

“Es hora de que nazca el bebé”, dijo Valcke en Brasilia, en referencia a la Ley General. La criatura del Mundial de 2014 ya tiene más de 5 años y muchas historias detrás de sí. Historia abiertas de tensiones y disputas, muy lejos del balón.

Aquí un video con los 12 estadios que serán sede de la Copa Mundial de Fútbol de Brasil 2014:

 




Agustín Rodríguez, la víctima 259 del fútbol argentino

El lugar donde mataron a Agustín Rodríguez

Es Agustín Rodríguez, de 27 años, el número 259 de la lista. De la trágica lista de muertos con que carga el fútbol argentino a lo largo de su historia. Agustín formaba parte del "Los Perales", uno de los grupos que se disputaba el poder y el dinero de la barra brava del Nueva Chicago. El intento presidencial por acordar con los violentos terminó en tragedia.

El pacto

Antonio Fusca alcanzó a la presidencia de Nuevo Chicago hace poco más de un mes. El grupo “Las Antenas” lo habría apoyado para llegar allí y se esperaba que tome el control de la hinchada, pero una vez en el poder, Fusca intentó juntar a las tres facciones que ocupaban las tribunas. "Los Perales", grupo que ocupaba el centro de la tribuna en los últimos años, en franco acuerdo con la dirigencia anterior, no participó del encuentro. Allí se habría sellado el pacto que daría el poder a “Las Antenas” y al grupo del barrio Ciudad Oculta para tomar el control en el estadio.

“Los Perales”, lejos de darse por vencidos, organizaron un encuentro para ayer a la tarde con el presidente. Enterados, sus rivales de “Las Antenas” juntaron a su gente y atacaron. La gresca empezó dentro del club, destrozado en buena parte, donde cientos de chicos participaban de la colonia de verano. Entonces un hombre sacó un arma blanca y agredió a Aldo Barranza, líder de "Las Antenas", en el abdomen.

El hecho debería ser vengado. A tres cuadres del club, los barras alcanzaron a Agustín. Le pegaron con palos entre tres y otro le dio con un fierro en la cabeza. Le causó la muerte. La historia siguió en el Hospital Santojanni. Hasta allí fueron los compañeros de la víctima a buscar al asesino. Al no encontrarlo, empezaron los destrozos de vidrios y la agresión a pacientes y médicos, hasta que la policía los dispersó.

El club peronista

Nueva Chicago, club ubicado en el barrio porteño de Mataderos, está históricamente ligado los lugares de cría de ganado y a los frigoríficos de la zona. Barrio de clases populares, es una institución atravesada por el Partido Justicialista, al que adhirieron en el pasado muchos de los trabajadores de la zona, que además concurrían al estadio a alentar al equipo.

En 1959, vecinos y trabajadores resistieron la privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre, en aquel tiempo el más grande de América Latina, y fueron reprimidos duramente por la policía. En 1981 más de 50 personas fueron detenidas por cantar la marcha peronista durante un partido entre Chicago y Defensores de Belgrano.

Como en todos los clubes argentinos, la pasión de los hinchas fue adquiriendo otros caracteres. Es a partir de 1955, con la instalación del modelo de fútbol espectáculo en la Argentina, cuando los dirigentes comienzan a vincularse comercialmente con los grupos de hinchas. La necesidad de ganar los partidos hacía necesario el apoyo desde las tribunas, especialmente en los encuentros de visitante, de clima hostil, donde los cantos de los hinchas podrían ayudar a la victoria. Es allí cuando surgen las entradas de favor y los micros gratis.

Impunidades

En 2007, Marcelo Cejas, hincha de Tigre, murió en las inmediaciones del estadio de Chicago tras recibir una piedra en la cabeza. “Los Perales” fueron protagonistas de los incidentes. Aquella vez, las ambulancias no podían ingresar para atender a los heridos a raíz de la violencia. En el Hospital Santojanni, los hinchas heridos se seguían peleando. Miembros del mismo grupo irrumpieron en 2010 en la presentación del libro “Indek, historia íntima de una estafa”, del periodista Gustavo Noriega, con gritos y empujones, mientras volaban sillas.

En 2009, el entonces presidente Gustavo Lacanna, acusó ante la justicia a su predecesor, Antonio Filomeno, por administración fraudulenta, en una causa donde constaba que el club financiaba a la barra brava con 10.000 pesos por mes, que salían de vales supuestamente destinados al fútbol amateur.

Agustín Alejo Rodríguez era cocinero, hijo de un mecánico con  taller en la zona. Vivía a dos cuadras del club, en los monoblocks del barrio Barrio Manuel Dorrego, construido en 1947 bajo la presidencia de Juan Domingo Perón. A ese barrio se lo conoce como “Los Perales”. Agustín ya no estará más allí. Ni en el barrio, ni en la hinchada.

Aquí las agresiones en el Hospital Santojani:




“El fútbol ha vendido su alma a la televisión”

Arsene Wenger, entrenador del Arsenal
Arsene Wenger, el entrenador del Arsenal inglés, no declaró ninguna novedad. La puja entre las competencias deportivas y los grandes holdings mediáticos está en tensión permanente. Alex Ferguson, técnico del Manchester United, y José Mourinho, a cargo del Real Madrid, fueron otros de los entrenadores que en los últimos meses lanzaron críticas a las cadenas de televisión por programar partidos en horarios inconvenientes.

Los últimos dos encuentros del Arsenal, que entrena Wenger, se trasladaron a la tarde del lunes por exigencias de las los canales de televisión. El partido que deben disputar los Gunners ante el Aston Villa por la FA Cup también ha cambiado de fecha, de sábado a domingo, por un pedido especial de ESPN. Como consecuencia, su duelo liguero contra el Bolton, que estaba programado para el martes siguiente, se ha retrasado un día.

Nuevas costumbres

El primer fin de semana de octubre de 2007 marcó un quiebre en la historia del fútbol inglés. Aquella vez, sólo el partido entre el Aston Villa y el West Ham se disputó a las 15 horas del sábado, el horario histórico de la Premier League. Todos los demás encuentros se ubicaron entre el mediodía sabatino y la tarde del domingo, en distintas franjas horarias para una mejor reproducción televisiva. "Es un fin de semana negro", declaró el entonces presidente de la Federación de hinchas, Malcom Clarke.

A más de 5 años, la tendencia a favor de las grandes cadenas se ha profundizado. Hoy, los partidos de la Premier se juegan los sábados y los domingos a las 12.45, 14.00, 16.00, y 17.45 horas, a estadios llenos, con entradas mucho más caras que en el resto de Europa. Muchos de los partidos más trascendentes se juegan en el llamado “Early Kick Off”, como se denomina al horario prime time del mediodía.

Mientras tanto, a esa hora, en el este de Asia los fanáticos pegados a las pantallas se cuentan por millones. Allí, los mejores partidos de la Premier llegan los sábados a las 21.45 e incluso más tarde, en horarios cómodos para un fin de semana. Algunos equipos ingleses tienen más hinchas en Corea del Sur que en su propio país. Por el nuevo contrato de televisión, vigente a partir de la próxima temporada, Sky Sports pagará a los clubes ingleses 221 millones de euros, 78 millones menos que en el vigente acuerdo.

Fútbol de ocio

"Hemos vendido nuestra alma y no tenemos control sobre los horarios. La verdad es que no puedo decir que la televisión sea algo malo, pero no es normal que tengas una influencia tan grande en el calendario" fueron las recientes palabras de Wenger. Además, el entrenador del Arsenal criticó que la Premier League no haya sido capaz de tener una posición fuerte contra las exigencias de los operadores de cambiar los horarios de los partidos.

Quizás todo haya comenzado en 1989. Tras la masacre de Hillsborough, donde murieron 96 personas, el juez Peter Taylor, a cargo de la investigación, propuso eliminar las vallas, obligó a los clubes a disputar los partidos con espectadores sentados, los estadios se volvieron lugares seguros y confortables. Como bien sostiene el periodista español Santiago Segurola, aquel hecho “fue el final del fútbol como una ceremonia tribal destinada a satisfacer el ocio de la clase obrera”.

La historia se completó en 1992, con la formación de la Premier League. En ese entonces, los clubes de primera abandonaron la liga oficial y formaron una nueva entidad privada. Serían ellos mismos quienes negociarían los contratos de televisión y administrarían los campeonatos. A partir de allí, el campeonato inglés inicia su etapa moderna, para convertirse en uno de las más importantes del mundo, lejos de los estadios obsoletos, los partidos de bajo nivel y la violencia de los hooligans que marcaron la década de 1980.

Las clases populares, presentes en las gradas desde el siglo XIX, quedaron relegadas. Sería el tiempo de las entradas caras, del marketing, del fútbol como contenido televisivo, del pay per view. Un hincha virtual, de sofá y cerveza, sentido frente a la pantalla, buscando allí el alma del fútbol.

La violencia y las identidades del fútbol en los Balcanes

“El público serbio cree que va a perder su honor si pierde el partido. Grita de principio a fin sin importar el motivo”. Así describe el escritor y editor de libros Vladimir Dimitrijevic a los fanáticos de su país, en su libro “La vida es un balón redondo”. Hombre de letras, intelectual, Dimitrijevic también dedicó una de sus obras a su pasión deportiva, que compartió con muchos compatriotas. Ese fanatismo muchas derivó en incidentes, que convirtieron a la violencia en un ingrediente más del fútbol de aquel país.

La violencia reciente. Como ocurrió en Argentina entre 2007 y 2011, en octubre pasado La Unión de Fútbol de Bosnia prohibió la asistencia de hinchas de clubes visitantes en los partidos de la liga local. La medida fue consecuencia de serios incidentes ocurridos en las semanas previas. A finales de septiembre, cientos de hinchas del Zrinjski fueron detenidos en un partido ante el Velez, luego de que ingresaran al campo de juego y persiguieran a los jugadores rivales, quienes debieron correr a los vestuarios para evitar una tragedia.

En los mimos días, el partido entre el Borac y Zeljeznicar también tuvo que ser suspendido antes del final del primer tiempo por graves incidentes causados por los hinchas. En el clásico entre Bijela Brijeg y el Neredi, los hinchas locales no soportaron el gol de su rival y se metieron en la cancha para atacar a los jugadores mientras festejaban el tanto. Los futbolistas huyeron rápidamente al vestuario.

A comienzos de octubre, más de diez personas, entre ellos dos policías, resultaron heridos en la en Sarajevo por los choques entre hinchas radicales del local Zeljeznicar y del conjunto croata Hajduk, ocurridos antes de un amistoso entre los dos equipos, con motivo del 90 aniversario del Zeljeznicar. El encuentro finalmente fue suspendido. Varios coches fueron destruidos e incendiados en las calles e cinlcuso se escucharon armas de fuego.

La lucha entre serbios y croatas se ha expresado en torno al balón antes que con las armas. El 13 de mayo de 1990, hinchas serbios del Estrella Roja se enfrentaron violentamente con los croatas del Dinamo de Zagreb. Poco después comenzaría la Guerra de los Balcanes, que dividiría a Yugoslavia en 7 estados independientes.

La pasión y la violencia en los Balcanes. Los hinchas del Estrella Roja, uno de los equipos más populares de la zona, “toman la defensa de lo serbio cuando asisten a un partido que este gran equipo debe jugar fuera de Belgrado” escribe Ivan Colovic en el libro “Fútbol y pasiones políticas”. Allí, el antropólogo y ensayista analiza cómo las identidades nacionales se mezclaron con la pasión deportiva en la zona de Yugoslavia desde la década del 1980. La victoria del Estrella Roja en la Copa de Europa y en la Copa Intercontinental en Japón en 1991 fue tomada como el triunfo de todo el pueblo. “El Estrella Roja es más que un club de fútbol, es el símbolo de lo serbio” decía el diario yugoslavo Nasa Sec.

El fútbol se continúa aún hoy como un espacio donde dirimir disputas políticas. En octubre de 2010, los hinchas serbios provocaron graves incidentes en Génova, que obligaron a suspender el partido de fútbol entre su selección y el combinado italiano por la clasificación para la Euro 2012. “Alguien quiere decirnos que Serbia no está preparada ni madura para ingresar en la Unión Europea”, declaró el secretario de Estado en el Ministerio de Justicia, Slobodan Homen, para justificar los sucesos. 

“El comportamiento provocador y agresivo de los hinchas se mezcló con su identificación patriótica. En la década de 1980, los hinchas comienzan a incorporar su identidad étnica. Los hinchas rivales, como  Hadjuk y Dynamo Zagreb, no sólo eran hinchas de otros equipos sino que pertenecían a otro pueblo” agrega Colovic. 

Las cualidades guerreras de los hinchas de los Balcanes se incorporaron en algunos casos a las matanzas que llevó a cabo el estado nacional en la Guerra de los Balcanes. “Los Tigres de Arkan” se denominó popularmente al grupo paramilitar conformado por hinchas del Estrella Roja y auspiciado por la plana mayor del Ejército Yugoslavo del Pueblo. El grupo, de unos 10 mil hombres, actuó desde el otoño de 1991 para defender los territorios serbios y realizó numerosas operaciones de limpieza étnica.

De pasiones e identidades está hecho el fútbol. Y a veces allí se va la vida.

Aquí los incidentes entre los hinchas del Bijela Brijeg y los futbolistas del Neredi, en octubre pasado:


Las lecciones de "Moneyball"

Bill James no tenía un sueldo millonario, editoras de video ni grandes computadoras. Trabajador de una fábrica de cerveza, jugador de beisbol aficionado, comenzó a analizar estadísticas de su deporte favorito en la década de 1970, con el objetivo de poner en duda algunos conocimientos tradicionales. No hizo más que aplicar la ciencia al deporte con rigor, en una época donde las ods disciplinas se mostraban muy lejanas. Como bien reseñan Simon Kuper y Stefan Szymanski en su libro "Soccernomics", su primer libro Baseball Abstract vendió 75 ejemplares en 1977, pero unos años más tarde, muchos reservaban los nuevos ejemplares antes de su salida.

La historia de la película “Moneyball” (“El juego de la fortuna”) de reciente estreno, muestra el paso de los escritos de Bill James al deporte profesional de los Estados Unidos. Billy Beane, interpretado en el film por Brad Pitt, fue el encargado de llevar los conceptos de James al equipo que dirigía, los Oakland Athletics.

Fantasía o realidad, en la película "Moneyball", basado en el libro homónimo de Michael Lewis, todo empieza como una simple casualidad. Beane debe remplazar a tres jugadores que se marchan de su equipo a rivales más poderosos y cuenta con poco dinero. Mientras busca nuevos jugadores, encuentra casualmente a un economista de 25 de la Universidad de Yale, asesor de un equipo rival, y comienzan a trabajar. Así es como contratan jugadores descartados por otros a bajo costó, basándose en números sobre sus rendimientos en el campo. El comienzo de la temporada es un fracaso, pero finalmente encadenan 20 victorias consecutivas, un récord histórico, y pasan a la postemporada. No consiguen el título, pero con un bajo presupuesto, logran mejores resultados que muchos de sus rivales.

La película es una sucesión de tensiones y contradicciones. La vieja intuición de los ojeadores frente a los fríos números de las estadísticas, las viejas maneras de administrar los equipos frente a la ciencia aplicada al deporte, la matemática de la economía frente a las cábalas de los protagonistas, la lucha de los equipos más pequeños frente a los millones de los poderosos.

En este último punto es donde los números cobran su valor y donde abandonan su costado más frío. Bean encuentra en el film una forma de emparejar las enormes diferencias entre los más ricos y los postergados del deporte, donde la competencia en sí es predeterminada por los millones que se acumulan en las cuentas bancarias y el poder de los escritorios. Bean logra un cambio de paradigma, con sus correspondientes límites, que le permiten un buen rendimiento en relación al gasto pero que sucumbe finalmente antes de alcanzar la gloria.

Sobre el final, Bean es tentado por los Red Sox de Boston, un conjunto más poderoso, aunque prefiere quedarse en su equipo, donde aún permanece. El equipo de Boston contraría luego Bill James como asesor y uno de sus discípulos se convertiría en el director general. Bajo el método de la ciencia aplicada al deporte, el equipo ganó dos grandes ligas. Cunado John Henry, el dueño del equipo norteamericano, compró el Liverpool en 2010, aplicó el sistema en el club del fútbol inglés.

Hoy, todos los equipos de la liga norteamericana de beisbol recurren a los números para analizar el juego y potenciar sus capacidades. En el tiempo de “Moneyball”, las estadísticas fueron un método para achicar las grandes diferencias de presupuesto entre los equipos. No fue una revolución, pero al menos se constituyó, como bien dice James, en una nueva forma de ver el deporte cuando uno se aleja un paso y lo estudia intensa y minuciosamente.

Aquí el trailer de "Moneyball":

La violencia del fútbol argentino en 2011


Los incidentes en el estadio de Vélez tras la muerte de Aramayo
La lista final muestra 4 muertos del fútbol argentino en 2011. Desde 2004, con dos fallecidos, no habían sido tan pocos muertos ligados al fútbol. Pero pese a que los nombres son escasos y disminuyen con respecto a los últimos años, la sensación es la contraria: en el fútbol argentino, la violencia está latente en todo momento y lugar y es una situación cotidiana a la hora de concurrir a un estadio de fútbol.

Los muertosDiego Malcovick (29 años), Ramón Aramayo (40 años), Marcelo Melgar (42 años) y Sebastián Tejada (27 años) son las víctimas fatales del fútbol argentino en 2011, que integran ya la lista de 258 muertos iniciada en 1924.

Malcovick, hincha de Newell´s, recibió en febrero un disparo en la cabeza durante una pelea entre seguidores de su equipo y fanáticos de Rosario Central, un día de semana en un bar de Rosario. Falleció al día siguiente del incidente y se convirtió en la cuarta víctima fatal que pertenecía a la hinchada leprosa en poco más de un año. La barra de Newell´s registró otro episodio violento en junio de 2011, cuando un grupo atacó a otro con armas de fuego poco antes del comienzo de un partido. De milagro no hubo víctimas fatales, aunque el encuentro entre Newell´s y San Lorenzo fue suspendido.

Aramayo, fanático de San Lorenzo, murió en marzo tras ser golpeado por 6 policías ante de ingresar al estadio de Vélez para ver un encuentro de su equipo. El partido finalmente se suspendió en medio de incidentes. Marcelo Melgar, seguidor de Sarmiento de Gualeguaychú, murió tras un enfrentamiento el 12 junio. Un grupo de fanáticos del equipo Unión del Suburbio, de la liga regional, lo agredieron al identificarlo como seguidor del equipo rival. Murió pocas horas después.

Sebastián Tejada, de 27 años, integrante de la barra de Banfield, fue asesinado de un balazo en la cabeza tras el partido entre su equipo y Estudiantes, que debió ser suspendido por incidentes. Cuando Tejada circulaba a bordo de una moto junto a otro hombre ambos fueron sorprendidos por otros dos jóvenes que, tras un breve intercambio de palabras, le dispararon a Tejada en la cabeza y le provocaron la muerte. El partido no había finalizado por disturbios causados por los hinchas de Estudiantes, disconformes porque sus nuevos dirigentes habían decidido no entregar más entradas de favor. 

Violencias cotidianas. Sin embargo, la lista de fallecido no actúa como fiel reflejo de la presencia de la violencia en sus diferentes formas en el mundo del fútbol argentino. Como pocas veces, en estos últimos meses las famosas barras bravas argentinas quedaron expuestas públicamente como grupos mafiosos, envueltos en sus propias disputas internas y externas, saldadas a partir del uso de la fuerza.

La hinchada de River convirtió en realidad las sospechas previas que indicaban que si su equipo descendía de categoría el 26 de junio se producirían serios incidentes en el estadio. Como pocas veces, tras el empate 1 a 1 que selló el pasaje del equipo a la segunda categoría, quedaron expuestas las diferencias entre los grupos de hinchas organizados, que destrozaron las instalaciones del club y se enfrentaron con la policía, y el resto de los simpatizantes, que se marcharon con tristeza por la suerte de su equipo. En el entretiempo del partido, miembros de la hinchada de River junto a dirigentes del club amenazaron al árbitro para que favorezca a su equipo.

Algo similar ocurrió en Independiente, otro de los equipos más importantes de la Argentina. “Ahí están, ahí están... los que les pegan a los hinchas de verdad" cantaron los hinchas en septiembre, en un partido ante San Martín de San Juan, en referencia al núcleo de la hinchada que pocos días antes había golpeado a hinchas que protestaban contra la dirigencia del club y había agredido al entonces entrenador Antonio Mohamed para forzar su salida. Mohamed declararía luego que "los barras bravas son los que mandan en el club".

Hace pocas semanas, dos grupos antagónicos de la hinchada de Boca se enfrentaron públicamente en un partido ante Atlético Rafaela. Ubicados en dos tribunas diferentes, se amenazaron con cánticos durante todo el partido para ganar para ver quién se quedaría con el control de la hinchada a través de la fuerza. Ambos buscan quedarse con los negocios oscuros de reventa de entradas, visitas de turistas y privilegios que otorga la dirigencia a la hinchada oficial del equipo.

La guerra mendocina. A este panorama deberían sumarse los nombres de Abel Dujanoff (16 años), Gastón Cáceres (16 años), Federico Ríos (26 años), Edgardo Amaya (20 años) y Rodrigo Antonio Aldeco (31 años), todos fallecidos por distintos enfrentamientos ocurridos en medio de la guerra de bandas por el control del barrio La Gloria, de Mendoza, que además incluye el control de la hinchada de Godoy Cruz de esa ciudad.

En los últimos años, la familia Aguilera controlaba el barrio y el poder en la barra de Godoy Cruz. Con el líder de la hinchada en prisión por asesinato, distintos grupos de la zona intentaron hacerse con el poder, que incluye negocios como la venta de droga, de autos y autopartes robados y otros delitos. Además de sus negocios en el barrio, La Banda del Expreso, como se hace llamar el grupo que sigue a Godoy Cruz, recauda por el fútbol hasta 80 mil dólares por mes, que se reparten en sus ganancias por la venta de comida en el estadio, la recaudación por el estacionamiento y la reventa de entradas.

En poco más de dos meses hubo más de 20 enfrentamientos armados, con un resultado de más de 20 heridos y cinco muertos. Abel Dujanoff, por ejemplo, falleció pocos minutos antes del comienzo del partido entre Godoy Cruz y San Martín de San Juan, tras quedar en medio de un enfrentamiento con armas de fuego.

Violencia sin fin. Malcovick, Aramayo Marcelo Melgar y Tejada, más los muertos de la guerra en Mendoza, son sólo algunas expresiones de las diferentes violencias presentes en el fútbol argentino. Muchas de ellas, cotidianas, no tienen lugar en esta crónica. Hinchas dirigentes, jugadores y técnicos muchas veces forman parte de ella, por acción, fomento o complicidad, y en otras ocasiones la padecen. Pero siempre la violencia está ahí. Como en el 2010, como en el 2012.