Fiebre de Mundial

A menos de dos semanas del partido inaugural entre Sudáfrica y México, el Mundial 2010 ya se ha vuelto eje central de la agenda mediática y de las conversaciones cotidianas. Finalizados los campeonatos domésticos, los diarios muestran entre las primeras planas las informaciones sobre los seleccionados nacionales y los canales de televisión deportivos trasmiten los encuentros amistosos preparatorios de los equipos clasificados. Los futbolistas lesionados, los cambios de último momento, los agasajos presidenciales, las publicidades emotivas, las reseñas históricas sobre las viejas Copas del Mundo y sus protagonistas, los periodistas en vivo desde Sudáfrica, son algunos de los contenidos que se integran al aparato mediático, que se inunda de nacionalidad futbolística cada cuatro años, con la esperanza de que esta vez sea el país propio el que vuelva con la copa.

Declaró alguna vez Kofi Annan, ex Secretario de las Naciones Unidas: “El fútbol es el único juego verdaderamente global, practicado en todos los países, por todas las razas y religiones. Es uno de los pocos fenómenos que gozan de la universalidad de las Naciones Unidas”. El Mundial de fútbol aparece hoy como la cita máxima del deporte más popular del mundo. En el siglo XXI, el fútbol se presenta como un fenómeno de masas global que se inscribe dentro de un proceso de mercantilización del ocio deportivo. Es un juego hecho industria que avanza sobre la casi totalidad del planeta, con mayor y menor adhesión según el territorio, pero de una penetración tal que da lugar a un sin fin de industrias adyacentes que ponen sus ojos sobre el acontecimiento, vinculándose con él bajo su propia lógica. Así, el fenómeno mundialista se vuelve tan amplio que resulta inabarcable. Las ofertas de plasmas en 50 cuotas, las miles de prostitutas que llegarán a suelo sudafricano, los ratings televisivos multiplicados, los jugadores publicitando yogures por TV, los interminables debates periodísticos sobre el juego. Son todos costados posibles sobre los cuales poner los ojos, dentro de un proceso nacido al calor de 22 jugadores y una pelota.

Pero en el caso de la Copa del Mundo, el fútbol aparece ligado a la nación, porque son combinados que representan a un país los que se integran a la competencia. Esta situación vuelve más rico o más problemático el proceso, según cómo se lo mire. Porque el fútbol construye identidades e imaginarios y, en Argentina y en muchos países, funcionó históricamente como operador de la nacionalidad.

Escribió la filósofa y politóloga sueca Chantall Mouffe: “Yo encuentro en el fútbol un buen modelo de la era democrática, de convivencia. En cada mundial, países que no son muy poderosos participan en un plan de igualdad y muchas veces vencen. En el fútbol, aparece la posibilidad de que la gente se sienta formando parte de un nosotros. Pero la pasión por el fútbol esté muy bien cuando se da al lado de la lucha democrática, entonces se refuerzan mutuamente. Pero cuando hay una especie de sobrevaloración del fútbol, porque no pueden encontrarse esas formas de participación en el campo político, entonces puede llegara tornarse muy peligroso”.

En Sudáfrica, seguramente se dará una convivencia pacífica entre equipos y entre hinchas de diferentes países. El deporte se vuelve así forma viable y legítima para establecer amistad, generar vínculos, aunque sean efímeros. En cada país que tenga a su equipo participando de la Copa, y muchos otros también, miles de fanáticos se sentarán frente a los televisores a seguir los partidos. Afrimó la ensayista argentina Beatriz Sarlo: “En la era posmoderna, el fútbol opera como aglutinante: es fácil, universal y televisivo. Y es quizás la forma en que la nación incluye a quienes de otro modo, abandona”. En países fanatizados como la Argentina, la pelota cruza todas las clases sociales e iguala a millones de personas detrás de la Selección. Pocos acontecimientos logran semejante proeza. Allí están los festejos del reciente Bicentenario argentino para dar fe.

Henry Ford, el presidente estadounidense, afirmó que un buen éxito deportivo puede servir a una nación tanto como una victoria militar. Porque el título de campeón del mundo de fútbol no es solamente conquistado por un equipo sino por la sociedad de la que procede. La colectividad se proyecta en el equipo y pone en él sus esperanzas de conquista, pero también sus frustraciones. Y allí es cuando una frustración puede volverse peligrosa.

El Mundial es una construcción colectiva a escala planetaria, que reviste características particulares en cada lugar. Nos sentaremos a ver los partidos como cada cuatro años, con la esperanza de que ésta vez sí sea la nuestra. En los encuentros de eliminación directa, algo correrá sobre el estómago cada vez que el rival merodee el área propia, sabiendo con un gol en aquellas instancias se vuelve una diferencia profunda. Al final, nuestra mente recordará los equipos simpáticos del torneo, los jugadores antes desconocidos, los resultados inesperados, los goles inolvidables, las atajadas imposibles. Todo eso se integrará a la memoria inútil, que aflorará más tarde en discusiones de café. Pero así como el Mundial involucra, de una u otra manera, a gran parte de la población, no está de más recordar que al fin y al cabo, no es ni más ni menos que un campeonato de fútbol, que no solucionará nuestra cotidianeidad. Un triunfo o una derrota no serán más que alegrías o tristezas efímeras. Pero todo formará parte de una historia, personal y colectiva, que de alguna forma involucra a todos los amantes del deporte. Por eso, es mejor prepararse, que lo mejor está por venir.

El avión y la ilusión

"Estamos seguros que vos y el 'Barba' (Dios) traen la Copa, fuerza Diego", decía una de las banderas apostadas al costado del camino por donde pasó el micro de la Selección Argentina. Centenares de personas esperaron desde temprano la salida de los jugadores desde el predio de Ezeiza hasta el aeropuerto. Cantaron, tiraron papelitos, saludaron. “Un Diego son dos Pelé” se leía en otro trapo. Los dos autobuses que llevaban a la delegación fueron escoltados por policías hasta la pista. 64 personas en total, entre dirigentes, cuerpo técnico, sparrings y demás, ya están en el aire y llegarán a suelo sudafricano mañana por la mañana.

Por repetido el hecho no deja de ser trascendente y hasta conmovedor. Gente congregada solo para ver pasar a sus ídolos, intentando retener en la mente alguna rápida imagen y buscando trasladar la ilusión propia hacia los verdaderos protagonistas de la historia: los jugadores. Porque en el avión que despegó viaja un poco de cada uno de los argentinos amantes del fútbol, que ante cada Copa del Mundo renuevan la esperanza de llegar a lo más alto.

País de Tercer Mundo, Argentina ve en el fútbol un espacio donde su lugar simbólico se ubica entre la elite y va al Mundial a intentar ganarlo, de la mano de estrellas que brillan en los principales clubes del mundo. Quizás por eso sea hasta emocionante ver la partida de los jugadores, pasando entre la gente antes de dejar el país. Porque allí se van los representantes del fútbol argentino, ése que es pasión de multitudes. Pasiones que devienen aliento uniforme detrás de un sólo equipo, durante un mes cada cuatro años.

Los futbolistas ya pasaron por la Puerta B de la Terminal A del aeropuerto de Ezeiza y abordaron el vuelo SAA 227 con destino Johannesburgo. Una nueva historia mundialista empieza a escribirse. “Ultima parada, la gloria” dirá el micro que los reciba en Sudáfrica. Esperemos que se cumpla el deseo.

El descenso de Central y la crisis del fútbol rosarino

"Otro gol de Central rubrica la victoria
y laurel triunfal reverdece en su historia,
esa historia jalonada de coraje
de hazañas sin par, la gloria eternal de Rosario Central"


Fragmento del Himno de Rosario Central

En medio de la victoria de la Selección Argentina ante Canadá por 5 a 0 y de la previa de próximo Campeonato del Mundo, la noticia quedó en un segundo plano. Pero no deja de ser trascendente. All Boys derrotó a Rosario Central por 3 a 0 en el partido de vuelta de la Promoción y mandó a los Canallas a la B Nacional. Los de Floresta volverán así a la Primera División y los rosarino se despidieron de la máxima categoría del fútbol argentino tras 25 años. Un presente muy distinto a lo que marca su historia de grandeza y que queda envuelto en medio de una crisis general del fútbol rosarino, que tiene en Newell´s y su buen presente una excepción a la media general.

Central llegó a jugar la Promoción tras finalizar 17° en el Torneo Clausura con 19 puntos. El año pasado, el equipo conservó su permanencia en Primera tras vencer a Belgrano en la Promoción. Esta vez, el verdugo fue All Boys. Tras empatar 1 a 1 en la ida, con un gol en el descuento de Burdisso, los de Floresta se llevaron la victoria por 3 a 0. Fue demasiado para un equipo centralista repleto de juveniles, con escasas figuras capaces de soportar semejante presión de la historia y el presente.

Cuando el descenso estaba virtualmente decretado, los hinchas que poblaron el Gigante de Arroyito decidieron jugar su partido. Ya en el entretiempo un grupo arrojó piedras hacia el vestuario canalla. Hacia el final del partido, los hinchas comenzaron a atacar a la Policía, que a su vez los dispersó con balas de gomas y gases lacrimógenos. En una zona de plateas, cuatro agentes fueron golpeados. Uno de ellos lanzó disparos al aire para dispersar. Varios palcos de prensa también fueron destruidos y muchas butacas fueron arrancadas.

Butacas, heladeras y pedazos de mampostería de la zona Vip del estadio terminaron sobre la zona baja de los vestuarios. El bar también fue destrozado por completo. Las cabinas de transmisión también fueron atacadas. Uno de los hinchas fue detenido mientras intentaba llevarse un televisor LCD. Hubo más de 20 heridos, entre hinchas y policías. También fue atacada la casa del presidente Horacio Usandizaga, que ya presentó su renuncia. Las elecciones serían el próximo 27 de junio. Tras el partido, unos 5.000 hinchas de Newell´s se congregaron en el Monumento a la Bandera para festejar el descenso de su rival. Allí hubo un encontronazo con algunos Canallas que regresaban de la cancha.

Central es una institución con más de 120 años de historia y con cuatro títulos oficiales de AFA. Este fue el cuarto descenso de su historia desde la Primera División. Las tres veces anteriores se produjeron en 1941, 50’ y 84’. Según la consultora Deloitte, el balance 2008/09 cerró con un pasivo total de $ 70.395.804. En los últimos tres años, que contempla el promedio del descenso, el equipo terminó del décimo puesto para atrás en la tabla de posiciones, llegando a ser último en el Apertura 2007 y anteúltimo en el 2008. Tuvo un desfile de casi una decena de técnicos en los últimos 3 años: Carlos Ischia, Gustavo Alfaro, Vitamina Sánchez, Leonardo Madelón (dos veces), Reinaldo Merlo, Miguel Angel Russo y Ariel Cuffaro Russo, fueron algunos de los que pasaron.

Newell´s, que finalizó segundo en el Torneo Apertura 2009 y sexto en el Clausura 2010, es el único de los cinco equipos rosarinos que puede sentirse orgulloso de su presente. Tiro Federal termino en el puesto 12 de la B Nacional y zafó del descenso cerca del final. Central Córdoba perdió la Promoción ante Brown de Adrogué y descendió a la Primera C, luego de terminar último en el torneo con 30 puntos en 40 partidos. Argentino de Rosario descendió a la Primera D, pese a terminar séptimo en el campeonato de la C. Perdió la Promoción ante Liniers.

Al ver la lista de jugadores argentinos que formarán parte del próximo Mundial, varios jugadores son nacidos, y muchos de ellos criados futbolísticamente, en Rosario y alrededores: Walter Samuel, Gabriel Heinze, Nicolás Burdisso, Javier Mascherano, Angel Di María, Maxi Rodríguez, Lionel Messi. La llamada “Pampa gringa”, esa que aportó históricamente tantos jugadores de calidad al fútbol argentino, ve navegar a sus equipos en los fondos de las tablas. Y a sus ídolos por televisión, que muestra cómo la riqueza técnica de la tierra se va a otra parte, mientras sus clubes luchan contra su presente de escasez.

Leonardo Madelón, el entrenador de Central, declaró tras la derrota ante All Boys: "El club sigue. La muerte es peor". En estos momentos difíciles, Rosario Central podría mirar su propio pasado. Cuando descendió en 1984, el equipo volvió a Primera División al año siguiente y fue campeón en la máxima categoría del fútbol argentino inmediatamente, algo inédito en la historia del fútbol nacional. En lugar de destruir el club, mejor pensar en una reconstrucción de la institución entre todos. Y en un destino de grandeza para el fútbol rosarino.

Aquí un video de Fito Páez, hincha de Rosario Central, en la Fiesta de la Cultura Canalla 2009:

Bicentenario (y deporte)

El amistoso entre Argentina y Canadá se coló entre los festejos por el Bicetenario de la patria. El fútbol como parte constituyente de la vida nacional forma parte de los festjos por los 200 años del primer gobierno patrio. El aniversario puede verse como un simple recorrido de la historia, que cada tanto presenta números redondos más fuertes simbólicamente. O como una fecha trascendente, que permite revisar el pasado y celebrarlo de cara al futuro. El Bicentenario que se celebra por estos días en Argentina puede verse como parte de una polémica por el derroche de dinero, como siempre en este país. Pero no está de más tomarlo como punto de partida para ejercitar la memoria crítica, en este caso en el marco del deporte. Libros como el reciente “Breve historia del deporte argentino”, de Ezequiel Fernández Moores, sirven para revisar cómo se parió el deporte en estas tierras y su relación con el ámbito político. Y para pensar desde allí las ideas de nación que aparecen, porque detrás de sí el deporte encuentra narrativas sobre lo que los argentinos somos y lo que pretendemos ser.

El deporte moderno es contemporáneo a la construcción de lo nacional. Tal como sostiene el historiador inglés Eric Hobsbawn, desde el nacimiento de los estados modernos hasta hoy, el deporte se ha convertido en un vehículo para organizar las comunidades internamente y para exponer la superioridad de algunos países sobre otros en el terreno de las disputas simbólicas. Porque en los campeonatos mundiales también se recrean las diferencias de poder en el mundo.

Como bien sostiene el filósofo e historiador César Torres en el prólogo del libro de Fernández Moores, el deporte forma parte de un conjunto de prácticas sociales que incluye pero excede largamente el campo de la educación física. En Argentina, comenzó a ser practicado inicialmente dentro de las clases acomodadas, pero aún así encontró resistencia desde fines del siglo XIX en los círculos políticos y sociales dominantes. Paulatinamente, las clases subalternas lo adoptaron como hábito bajo sus propios valores y formaron un deporte con ideas diferenciadas. Como bien revela Fernández Moores, debemos la importante cultura deportiva de estas tierras a los sajones más que a los españoles, quienes no tenían tradición deportiva en la época de la colonia, cuando llegaron aquí. En el Río de la Plata, los ingleses hicieron negocios, pero también desarrollaron y promovieron el deporte.

Sin embargo, en algún tiempo hubo corridas de toros en Plaza de Mayo y luego en un estadio para 10 mil personas construido en Retiro. Luego, las corridas serían prohibidas a fin del siglo XIX. A cambio, crecieron las actividades que incluían caballos, a tal punto que la primera asociación formada exclusivamente para el deporte fue la Buenos Aires Racing Club, dedicada al turf. Esta disciplina, junto con otras como el polo y el pato, sigue su desarrollo hasta hoy y tuvo en el jockey Irineo Leguizamo a su máximo exponente.

Pero los ingleses trajeron a la Argentina el deporte por excelencia: el fútbol. El primer partido se jugó en 1867, frente al planetario de Buenos Aires. Las reglas no eran tal como las conocemos hoy. Se podía tocar el balón con la mano, no había árbitro ni arquero, ni corner. Alejandro West Hutton desarrolló el club Alumni, que brillaría desde fines del siglo XIX, y sería el promotor de un deporte que se institucionalizaría con alta penetración inicialmente entre las clases altas. Pero pronto la pasión futbolística trascendería a los ingleses y se derramaría hacia las clases trabajadoras y los inmigrantes, que formarían sus propias ligas y presentarían sus primeras canchas. Serían los clubes argentinos, hoy ya centenarios, los que llegaron hasta donde no lo hacía el estado, integrando a los jóvenes, desarrollando la actividad física y funcionando como virtuales semilleros de grandes deportistas. Los ingleses también habían traído el tenis. George Besreford, al mando de las invasiones inglesas en 1806, fue el primer tenista criollo. Le pegaba a la pelotita en su prisión de Luján tras la rendición de los invasores.

“El desarrollo muscular no es tan solo importante para el desarrollo armónico de lo moral del hombre, sino también puede servir en un momento dado para obtener triunfos que decidan la suerte de la patria” dijo el legislador Mariano Demaría en un debate llevado a cabo en el Congreso Nacional para decidir si se destinaban fondos para que Argentina formase parte de los Juego Olímpicos de 1908. Algunos dirigentes ya tenían su propia idea sobre el rol del deporte en la Argentina del Centenario. Pero no hubo quórum, ni delegación criolla en la competencia internacional. En 1910, se organizarían los Juego Olímpicos del Centenario durante una semana, con delegaciones de 8 países. El barón Pierre de Coubertin, fundador del Comité Olímpico Internacional, se opuso a la utilización del término Juego Olímpicos y despidió al argentino Manuel Quintana del organismo.

Marcelo Torcuato de Alvear, como buen deportista que era, fue el primer presidente que dio impulso al deporte argentino desde el Estado. Creo el Comité Olímpico Argentino, solucionó problemas institucionales del fútbol y envió la primera delegación nacional a un juego olímpico, a París en 1924. Hasta 1952, Argentina obtuvo 26 medallas olímpicas (13 de ellas de oro), más que ningún otro país latinoamericano.

Juan Domingo Perón, que gobernó el país entre 1946 y 1955, incluyó el deporte entre los derechos sociales y lo propició como una manifestación cultural. El Estado fue el impulsor de la actividad, lo que permitió que una masa importantísima de personas se volcara a la actividad física. Pero también creció el deporte de alto rendimiento. En 1948, Delfo Cabrera ganó el maratón de los Juegos Olímpicos de Londres. La selección de básquet se consagró campeona mundial en 1950 en Buenos Aires, venciendo a Estados Unidos. “Lo que acaban de hace por Argentina es mejor que el trabajo de 100 embajadores” les dijo el presidente a los campeones. Juan Manuel Fangio conquistó cinco campeonatos mundiales de Fórmula 1 entre 1951 y 1957. Argentina organizó los Juegos Panamericanos de Buenos Aires en 1951, quedando al tope del medallero por primera vez en la historia. Pero la dictadura militar que derrocó a Perón en 1955 decidió castigar a los deportistas que habían apoyado al gobierno peronista. El atleta Osvaldo Suárez, la tenista Mary Terán de Weiss y varios de los basquetbolistas campeones fueron perseguidos. En el mejor momento de la historia del deporte argentino, se cometió lo que el entrenador Osvaldo Arsenio llamó “genocidio deportivo”.

La dictadura militar de 1976 también puso sus ojos sobre el deporte, aunque no bajo el mismo concepto que el gobierno peronista. Argentina organizó y ganó el Mundial de fútbol de 1978, mientras miles de personas eran torturadas y asesinadas en un centro clandestino a pocas cuadras del Estadio Monumental. Entre los 30 mil desaparecidos por la dictadura figuran varios deportistas: 17 rugbiers, el atleta Miguel Sánchez, el tenista Miguel Shapira, el futbolista de la tercera división de Gimnasia (LP) Luis Ciancio, el de Huracán de Tres Arroyos Carlos Alberto Rivada, el ajedrecista Gustavo Bruzzone, la nadadora Gisela Tenembaum, además de más 4 profesores de educación física.

Pero no todo fue horror y persecuciones en los últimos 50 años en el deporte argentino. También hubo triunfos para celebrar, más como fruto de esfuerzos personales que de planificaciones a largo plazo. El golfista De Vicenzo ganó el Abierto Británico en 1967; Guillermo Vilas popularizó el tenis en los ´70 con sus 62 títulos ganados; el voley fue tercero en el Mundial ´82 y se llevó la medalla de bronce en los JJ.OO. de Seul ´88; la Selección de fútbol fue campeona en el Mundial ´86 de la mano de Maradona; el equipo nacional de rugby, Los Pumas, se quedó con el tercer puesto del Mundial en 2007; el golfista Ángel Cabrera ganó el US Open en 2007 y el Masters de Augusta en 2009; el tenista Juan Martín del Potro se consagró el pasado en el Abierto de Estados Unidos. Pasarían 52 años desde 1952 para que la argentina repitiera un oro olímpico. Fue el 28 de agosto de 2004, en Atenas, cuando el fútbol y el básquet llegaron a lo más alto del podio en la misma jornada. Desde aquel entonces, el 28 de agosto se considera el Día Nacional del Deporte Argentino.

Como informa Fernández Moores, hoy existen en Argentina entre 700 mil y 800 mil deportistas federados. Entre los Juegos Evita y otros encuentros provinciales, se congregan más de 1,5 millones de chicos todos los años. A su modo, el deporte reconstruye, aunque sea temporalmente, una comunidad fragmentada. Y reaviva un sentimiento de pertenencia a una nación eternamente en crisis, especialmente para los más postergados. Es probable que falten recursos y más y mejores políticas estatales para el desarrollo del deporte. Pero no es poco lo conseguido en estos 200 años.

El Maradona entrenador

Ayer jueves, la Selección Argentina comenzó sus prácticas con vistas al Mundial de Sudáfrica que comienza el próximo 10 de junio. Aquí, unas frases de Diego Maradona que forman parte de una interesante entrevista aparecida hoy en el diario La Nación. En este caso, Maradona muestra su mejor faceta, la de entrenador:

- "Yo tenía una visión del jugador, pero me di cuenta por cosas que he hecho que en algunas había acertado y en otras le había errado totalmente. Lógicamente que hubo errores que uno quiso solucionar rápido y no pudo. Eso vino con el tiempo. Nosotros, cuando agarramos la selección, sabíamos que estábamos en la cuerda floja… Me equivoqué muchisimo... Pero clasificamos y me tengo una fe enorme".

- "Han cambiado los tiempos. El jugador de fútbol es mucho más profesional, más inteligente. Sabe cuando decidir las cosas. Habla más. Están permanentemente preguntando. Algo que nosotros no hacíamos: había una charla de Bilardo de 45 minutos y nosotros decíamos "sí, sí, sí" y mientras veíamos flechas que pasaban por todos lados en lo único que pensábamos era ´¿cuál sera la mía?´".

- "Es distinto lo que yo podía dar en la cancha y lo que puedo dar ahora de afuera. Son dos cosas completamente distintas. Pero lo que transmito, antes de afrontar un Mundial, es lo mismo".

- "Messi cada vez me gusta más. Hoy hablábamos con el Negro y con Mancu, y con el profe Signorini… hizo un par de cosas en el entrenamiento y yo decía no puede ser, no puede ser… La verdad, ya es un placer verlo parar la pelota… Digo, ¿cómo se hace para tener tanta perfección? Y el Negro me decía: ¿y te lo estás preguntando vos, hijo de puta? Mirá que he jugado con jugadores, he visto jugadores, he visto grandísimos… hasta lo vi entrenar a Ronaldinho, pero me parece que éste está más allá…"

- "Tengo una visión del equipo, pero esto no quiere decir… Yo todo los días veo que ustedes forman el equipo, que ponen y sacan, que cuatro centrales… Yo llevo a Clemente que me puede jugar en los dos lugares por afuera. No se crean tanto lo de los cuatro centrales. No es descabellado tirar un poquito atrás a Lio y poner dos puntas, sea Tevez-Higuaín, Milito-Kun o alguno con Palermo".

- "Primero yo pienso en mi equipo, después miro el rival. Según cómo los vea en los entrenamientos, cuando hacen la práctica de fútbol. Puede ser un equipo o el otro. Tenemos 10 días en Pretoria para corregir un montón de cosas, pero estoy muy tranquilo con lo que decidí. Llevo hombres, llevo calidad y sobre todas las cosas un grupo que ya entendió el mensaje".

Aquí la nota completa.

Campeones

San Lorenzo, Estudiantes, River, Lanús, Vélez, Boca, Banfield y Argentinos. Así es encolumnan desde 2006 hasta la fecha los campeones del fútbol argentino. Sin repeticiones, ocho equipos distintos alcanzaron la gloria a lo largo de los últimos cuatro años. Entre ellos, dos que nunca se habían llevado un título (Lanús y Banfield) y otro que hace 25 años no lo conseguía (Argentinos). Quizás se trate de un tiempo de distribución de la riqueza, tal como proclama el gobierno nacional y popular. O simplemente todos formen parte de un fútbol chico, de escaso nivel, donde los que más tienen atraviesan crisis futbolísticas e institucionales que abren el juego a la participación de los históricamente rezagados. Sólo Estudiantes de un tiempo a esta parte se ha posicionado como el virtual líder futbolísticos del país a partir de la Copa Libertadores conseguida el año pasado, de un plantel de calidad y de un alto nivel futbolístico. Lo declaró recientemente Claudio Borghi, entrenador del vigente campeón, Argentinos: “Nosotros sacamos provecho de que Estudiantes tuviera que disputar dos competencias. Por eso es maravilloso lo que logramos, porque el mejor equipo, desde hace unos años, es Estudiantes”.

Un breve repaso por alguno de los campeones muestra cierta continuidad en procesos, de entrenadores y de jugadores. Estudiantes cuenta con un plantel estable al menos en el los últimos dos años. Angeleri, Desábato, Enzo Pérez, Braña, Boselli, más la calidad del líder Verón, conforman la base de un equipo que en los últimos dos años disputó tres finales internacionales, que siempre peleó títulos locales y que es el único equipo argentino que llegó al menos hasta cuartos de final de la Copa Libertadores. Lanús tiene en Luis Zubeldía un técnico joven que llegó al banco de suplentes hace dos años. El entrenador dio lugar y respaldo a una base de juveniles como Blanco, Aguirre Faccioli, Fritzler, Hoyos, Lagos, Velázquez. Con sus vaivenes, el equipo se mantuvo en un nivel aceptable, más allá de la salida de jugadores importantes como Sand. Similar es el caso de Vélez, donde futbolistas como Montoya, Otamendi, Domínguez, Papa, Zapata, Moralez y Rodrigo López vienen jugando juntos hace tiempo en buen nivel. Lo mismo Banfield, con Falcioni en el banco y Luchetti, Barraza, Bustos, Víctor López, Erviti, Sebastián Fernández, James Rodríguez. O el vigente campeón Argentinos, que cuenta desde hace tiempo como Caruzzo, Mercier, Ortigoza, Sabia, Prósperi, más el reciente tridente ofensivo de Sosa, Coria y Calderón. Continuidad de técnicos y jugadores en alto nivel son algunos de los factores comunes en estos casos.

Distinto es el caso de San Lorenzo, que poco conserva del plantel campeón del Clausura ´07. De aquel equipo ya no están Alvarado, Gastón Fernández, Osmar Ferreyra, Adrián González, Hirsig, Lavezzi, Ledesma, Méndez, Orión, Silvera y Tula. Sólo Rivero y Botinelli (que se fue y volvió) se mantienen. Después de Ramón Díaz, el técnico campeón, ya pasaron por el banco de suplentes Miguel Russo y Diego Simeone. En el medio, la apuesta a nombres fuertes como Bergessio y D´alessandro fue acompañada por títulos y el presupuesto volvió a achicarse.

River también sufrió una sangría importante de sus principales jugadores campeones en 2008. De aquel campeón de Simeone se fueron Falcao, Abreu, Alexis Sánchez, Augusto Fernández, Ponzio, Tuzzio y Carrizo. Pero quedan Cabral Ferrari, Villagra, Abelairas, Ahumada, Ortega, Buonanotte y Rosales entre otros. Se fueron las figuras y los que se quedaron bajaron su nivel. No surgieron jóvenes jugadores de calidad, al menos hasta hoy, y no hubo plata para grandes refuerzos.

Ibarra, Morel, Battglia, Riquelme, Palermo, Viatri y Chávez son algunos de los jugadores que se mantienen en Boca de hace aquel triangular de fin de 2008 que le dio al club su último campeonato. Pero que desde la salida del técnico campeón Ischia, los futbolistas vieron pasar por el banco de suplentes a Basile, Alves y Pompei, más el manager Bianchi, todo en un año. Demasiado como para que salga bien.

La estructura de los clubes argentinos se sostiene en la venta de futbolistas. Con el dinero que ingresa, las instituciones sostienen otras actividades deportivas y combaten el déficit estructural. Por lo tanto, no es fácil sostener a los jugadores un tiempo prudencial en un club. Pero sí se puede trazar una línea de trabajo desde la dirigencia, apostar a sostener a los técnicos, dar lugar y respaldo a los juveniles. No sólo traer futbolistas a préstamo que lleguen como descartes de otros equipos. “Creo que el mensaje que traté de entregarles es que no hay partidos de vida o muerte. Mi mensaje no es ganar cueste lo que cueste. Los jugadores lo entendieron y eso nos sirvió para mantener un estilo. Es un equipo que me pone orgulloso por la forma en que ha jugado" declaró el técnico Borghi después del título de Argentinos. Bien valen sus palabras para sostener procesos más allá de dos o tres resultados negativos. Estudiantes, Lanús, Vélez, Banfield y Argentinos sirven como muestra gratis para eso.

Argentinos Campeón

Poco después del mediodía ya se veía el clima festivo que reinaba en La Paternal. Chicos que se paseaban por la calle con sus camisetas rojas y blancas, autos que cruzaban la esquina de Juan B. Justo y San Martín con banderas que se asomaban por las ventanillas y 30 micros repletos de hinchas que salían desde la plaza de Juan B. Justo y Boyacá eran algunas de las postales que mostraba el barrio bajo el sol del domingo. Esa pasión dispersa se hizo carne en los 11 mil fanáticos que poblaron el estadio Tomás A. Ducó poco después y devino alegría infinita cuando Saúl Laverni marcó el final del partido y Argentinos Juniors se consagró campeón después de 25 años.

Los de La Paternal llegaban a la última fecha con un punto de ventaja sobre Estudiantes, su inmediato perseguidor. En el primer tiempo del encuentro ante Huracán, el Bicho se puso el traje de máximo aspirante al título y desplegó un nivel futbolístico que justificaba su posición en la tabla. El equipo de Claudio Borghi dominó pelota y terreno y dispuso de varias chances claras para abrir el marcador. Calderón, Coria, Sosa y Prósperi tuvieron sus chances para marcar, pero la falta de precisión en el toque final impedía que Argentinos se pusiera en ventaja. Fue Juan Mercier, figura del partido, quien con un cabezazo derrotó a Monzón a los 23 minutos. El primer tiempo se fue con Argentinos dominante, que incluso pudo irse al vestuario con una ventaja mayor.

En la segunda parte, Huracán se adelantó en el terreno aunque no contó con grandes chances de marcar. Argentinos intentó algún contraataque, pero recién pudo estirar la ventaja a los 31 minutos, cuando Sosa cabeceó al palo y Coria tomó el rebote para enviar el balón al fondo de la red. Luego llegaron la las expulsiones de Goltz y Jerez en Huracán, que aun con 9 hombres pudo descontar de la mano de Alan Sánchez. Pero ya no había tiempo para más. Laverni pitó el final y Argentinos se llevó el título.

El campeón del Clausura presenta en su once titular a varios futbolistas de buen nivel que hace tiempo juegan en el club. Caruzzo debutó en 2006, Mercier y Sabia llegaron en 2007, Ortigoza se afianzó como titular en la misma época y Prósperi en 2008. A estos “históricos” se sumó un tridente ofensivo reciente compuesto por descartes de otros equipos, como son Facundo Coria (llegado de Vélez), Calderón (de Estudiantes) e Ismael Sosa (de Independiente). Pero fue la columna vertebral compuesta por el líbero Caruzzo más el eje central de Mercier y Ortigoza el que apuntaló al equipo durante todo el torneo.

La campaña de Argentinos se cierra con 41 puntos, sumados especialmente en el tramo final del torneo, cuando ganó 8 de los últimos 9 partidos. Además de la solidez defensiva, el equipo encontró en Sosa a un goleador letal, que con sus conversiones le dio puntos fundamentales al equipo como los triunfos ante Rosario Central y San Lorenzo. Fue bien acompañado por Coria, que también anotó cuando era necesario, y por Calderón, reconvertido en el final de su carrera en un gran asistidor y jugador de equipo. Generalmente desde el banco, Pavlovich aportó goles importantes, como ante Independiente y Racing. De esta forma, Argentinos terminó como el equipo más goleador del torneo con 35 tantos y finalizó junto con Banfield al tope de tabla acumulada entre el Apertura y el Clausura.

El equipo mezcló a los típicos jugadores de surgidos del llamado “Semillero del Mundo” (Caruzzo, Oberman, Ortigoza, Prósperi) junto con algunos de experiencia (Calderón, Domínguez, Pavlovich) y entre todos conformaron un equipo de pelota al piso, que siempre quiso ser protagonista y que fue al frente hasta el final de cada partido, como lo atestiguan los múltiples puntos que Argentinos sumó en los últimos minutos (San Lorenzo, Independiente, Arsenal, Vélez). Claudio Borghi, el entrenador, le dio a su equipo una identidad reconocible, parecida a la que él tenía cuando jugaba, y acertó con algunas apuestas que respondieron con un buen nivel en la cancha (Gentiletti, Oberman como mediocampista, Calderón casi retirado). Un equipo es la cara de aquel que lo dirige y este Argentinos es una buena muestra de su técnico. Probablemente no sea un conjunto que entrará en la galería de los grandes de la historia del fútbol argentino, pero tiene jugadores correctos, que manejan bien el balón, saben asociarse y aprendieron a ganar partidos. Suficiente para ser campeón en la Argentina.

En las tribunas del Ducó se adivinaban los padres con los hijos, las mujeres con bebés, el hincha disfrazado de novia, otro llegado como monja y otro con el atuendo del chapulín colorado. En Argentinos y en sus hinchas se huele ese aroma a familia, a esquina, a café, a parrillita, a barrio. Al pago chico que se hizo grande hace tiempo y llegó a Japón para jugar la Intercontinental, que como esa clase media venida a menos, en los ´90 sufrió el descenso, las deudas, las privatizaciones fallidas y el arreglarse con lo que hay. Pero de a poco fue construyendo ladrillo sobre ladrillo, reabrió su estadio, no dejó de apostar a sus inferiores y dejó de pensar sólo en mantenerse en Primera. Llegó a la Copa Sudamericana por primera vez en 2008 y luego se animó a pelear campeonatos. Hoy llegó la hora de la consagración. La Paternal festeja.

El adiós de Gallardo

“El sábado ante Tigre será mi último partido en River. Pensar que se termina un ciclo me llena de angustia porque viví muchos años en el club” dijo ayer ante los periodistas Marcelo Gallardo. Visiblemente emocionado, sabía que la decisión le ponía punto final a su paso por River Plate, el club que lo vio nacer y por el que tuvo tres ciclos a lo largo de su carrera. “Me he ido dos veces con la sensación de que iba volver y tenía posibilidades de hacerlo y he vuelto. Hoy sé que no. Cómo no voy a estar emocionado después de tantos años” explicó. Con Gallardo se va un futbolista fino y talentoso, hábil y estratega, identificado con el equipo que lo vio nacer y donde pasó sus mejores años como futbolista.

El Muñeco debutó en la Primera División de River en 1993 frente a Newell´s, con tan sólo 17 años. En aquellos años, compartió el equipo con futbolistas como Enzo Francescoli, Hernán Crespo, Juan Pablo Sorín, Ariel Ortega y Marcelo Salas, que formaron parte de un equipo que en 5 años se llevó 7 títulos, entre ellos la Copa Libertadores de 1996. Pese a su buen nivel futbolístico, a veces entraba como reemplazo de algunos de los cracks que jugaban del medio hacia adelante.

Al poco tiempo de hacerlo debutar en River, el técnico Daniel Passarella pasó a dirigir a la Selección Argentina y le dio lugar en el equipo a Gallardo, quien pese a su juventud en muchos partidos fue el enganche del equipo, asistiendo a delanteros como Batistuta. En 1995 se llevó la medalla de oro en fútbol en los Juegos Panamericanos y repitió el triunfo formando parte del equipo que llegó a lo más alto en los Juegos Olímpicos de Atlanta ´96. Con la Selección Argentina jugaría los Mundiales de Francia ´98 y Corea – Japón 2002. En ambos casos, llegó al inicio del torneo lesionado, lo que le impidió alcanzar su mejor nivel y lo llevó a tener una participación secundaria.

En 1999, su buen nivel y su alto contrato en River forzaron su salida. Emigró al Mónaco francés, donde también fue figura y se consagró campeón de la Liga y de la Supercopa de aquel país. Además, fue distinguido como mejor jugador del torneo local. Tras el Mundial 2002, un enfrentamiento con el técnico del Mónaco Didier Deschamps lo obligó a salir del equipo y le permitió volver a River. Fue presentado junto con Marcelo Salas, otro ídolo que estaba de vuelta. Ya en aquel entonces su físico le impedía jugar seguido y lo alejaba de su mejor nivel. Aún así fue campeón del Clausura 2004 con Leonardo Astrada en el banco de suplentes y Mascherano, Lucho González y Cavenaghi en gran nivel. Pero lo que probablemente se recuerde más de esta etapa sea su discusión con técnico Reinaldo Merlo, que puso al entrenador afuera del club en 2006. Al año siguiente, con Passarella en el banco, perdió su lugar en el equipo a manos de Belluschi tras un partido con Boca y el entrenador no le aseguró su continuidad. Otra vez buscó otros horizontes. Pasó por el Paris Saint Germain francés y por DC United de Estados Unidos.

Volvió a River en enero de 2009. En medio de en club empobrecido, con equipo sin grandes figuras, Fabbiani y Gallardo, los refuerzos más importantes, se presentaron como los futbolistas que levantarían el nivel general. “No nos vamos más” afirmaron ante los periodistas. El debut del Muñeco daba para la ilusión: 3 a 1 ante Arsenal, con un jugador menos y dos goles. El ídolo estaba de vuelta y el equipo podía aspirar a pelear arriba. Pero era solo un espejismo para todos. River no disponía de jugadores de calidad y las lesiones continuas volvían a poner a Gallardo más cerca de la enfermería que del habitual once titular. Los dos goles calcados de tiro libre a Boca, por encima de la barrera ante la estirada inútil de Abbondanzieri, probablemente queden como la imagen más fuerte de esta etapa.

“Muñeco Gallardo ortiva y golpista" se leía en una bandera de fondo blanco con letras negras que colgaba en la tribuna popular recientemente. La ofensa se debía a que Gallardo había sido el único integrante del plantel que se negó a poner dinero para la barra brava antes del último partido ante Boca. Luego, el técnico Angel Cappa le pidió que se quede en el club para el próximo torneo aunque no le garantizó la titularidad en el equipo. Gallardo agradeció pero eligió buscar otro lugar donde jugar. Newell´s, Independiente y un club de la Major League Soccer de Estados Unidos son algunas de las opciones.

El físico parece haber sido el principal adversario de Gallardo a lo largo de su carrera. Los 12 desgarros que sufrió desde su debut en Primera así lo atestiguan. Si últimamente hubiera estado mejor rodeado, con futbolistas de su jerarquía, seguramente su nivel en la cancha hubiera sido notablemente mejor. Pero este River modelo 2010, austero, humilde, no derrocha categoría sobre el terreno de juego. Es garra, sacrificio y un poco de inspiración. La trayectoria de Gallardo en el club de Nuñez es la parábola del River de los últimos 15 años. Del derroche en los ´90 a la austeridad del 2000. Con él se va un jugador símbolo, que vio en el club que lo formó como futbolista un lugar donde llegar, permanecer y triunfar. Donde hacer carrera y acumular títulos.

El escritor brasileño Nelson Rodrígues afirma: “Todo crack de treinta y pico sufre de actualidad”. Demasiado fútbol sobre sus espaldas tiene Gallardo como para verlo intentar ganarse un lugar en el banco de suplentes del domingo. Ya no es el de antes, pero que bueno sería que aparezcan otros como él.

Aquí un video con alguno goles de Marcelo Gallardo:

Salvemos al diario Crítica

Las banderas aparecieron en los estadios de Argentinos Juniors, Newell´s y Racing. En algunos casos fueron los propios futbolistas quienes las mostraron ante los fotográfos, como una muestra de apoyo y soldiaridad. En todos los casos se leía lo mismo: "Salvemos al diario Crítica". El matutino cumple hoy trece días sin salir a la calle por un paro de actividades que realizan los 170 trabajadores, en reclamo del pago de salarios adeudados de marzo y abril.

Los trabajadores manifestaron que "la empresa Papel 2.0, editora del matutino, a través de su gerente general, afirmó que el accionista mayoritario, el empresario español Antonio Mata, no remitirá más dinero desde España". También, Mata "señaló que existe la posibilidad de que la asamblea de accionistas llamada para hoy miércoles resuelva el concurso de acreedores".

En abril, los empleados de "Crítica" estuvieron trece días de paro que levantaron provisoriamente luego de que la empresa pagara el 50 por ciento de los sueldos de marzo de los 170 trabajadores de planta, pero a fin de mes retomaron las medidas de fuerza y desde el 30 el diario no sale a la calle, como tampoco se actualiza la edición web.

El primer ejemplar de "Crítica de la Argentina" salió a la calle el 2 de marzo de 2008, pero al año siguiente el periodista Jorge Lanata dejó la conducción por diferencias con Antonio Mata, ex presidente de Aerolíneas Argentinas. Desde aquí apoyamos el reclamo de los trabajadores y esperamos un pronta solución al problema.

Encandilados

A falta de cinco minutos para el final de su partido, un gol de Estudiantes ante Central le daba el campeonato. Pero el fútbol es tan imprevisible que nos regala noticias inesperadas continuamente. Cuando Independiente se perdía goles de contraataque, Sabia marcó el gol de Argentinos y puso el partido 3 a 3. En mismo momento, Desábato recibió una pelota limpia en el punto del penal, con tiempo y espacio para definir. Aún con el empate de Argentinos, si el zaguero enviaba la pelota al fondo de la red, Estudiantes festejaba el título. Pero Desábato le pegó de sobrepique y el balón terminó en la tribuna. En el lamento del defensor se adivinaba que quizás no habría más chances tan claras como esa. Parece que la disputa por el Torneo Clausura 2010 entre Estudiantes y Argentinos se define en jugadas tan finas como aquélla.

Argentinos mostró actitud para llevarse el triunfo ante Independiente y tuvo el convencimiento y la suerte que se necesitan para ganar campeonatos, más allá de haber merecido la victoria y de ser superado por su rival. Pero ese es uno de los sellos distintivos del equipo de Borghi: va al frente hasta el final. Así definió partidos bajo presión, de esos que se necesitan para ganar campeonatos. No es poco para un equipo con jugadores no acostumbrados a vivir esas situaciones. En los últimos cuatro partidos, Argentinos marcó al menos un gol en los últimos cinco minutos. Coria le dio el empate ante Arsenal, Raymonda aseguró la victoria ante Gimnasia (LP), Sosa le dio el triunfo ante San Lorenzo y Caruzzo le dio forma a la hazaña de ayer.

Independiente fue el claro dominador del partido y encontró en Nuñez su mejor arma apara causar peligro en el arco rival. El equipo de Gallego dispuso de más de diez llegadas claras, que lo dejaban arriba en el marcador con justicia, mostrando el nivel que lo puso en la punta. Pero los partidos no se ganan sólo con juego sino también con actitud y convencimiento. Cuando esos valores empezaron a declinar entre los jugadores de Independiente, Argentinos encontró el gol de Pablovich para poner el 2-3 y se arrimó al arco de Gabbarini. Después llegó el amontonamiento, el empate de Sabia, el error en la salida de Independiente, el gol agónico de Caruzzo y el 4 a 3 definitivo. Con una fecha para el final, el equipo de Borghi se ubica un punto arriba de Estudiantes.

Como hace un año Gimnasia (LP) en la Promoción, Argentinos encontró la victoria agónica sobre el final, cuando parecía que Estudiantes llegaría al final en la punta. Una vez más, el fútbol fue capaz de generar grandes emociones en los hinchas, de esas que pocas veces pueden sentirse fuera de una cancha. El escritor argentino Martín Caparrós afirmó: “Cuando vemos un partido, somos chicos oyendo un cuento, ansiosos porque llegue ese final que nos encandile". Ayer, una vez más el fútbol volvió a encandilarnos.

(Des)Grecias

El éxito de los Juego Olímpicos de Atenas en 1896 fue tal que, en su discurso de clausura, el rey Jorge I pidió que la competencia se celebrase para siempre en Atenas. Sin embargo, el barón Pierre de Coubertin no escuchó el pedido y los Juego Olímpicos se disputan desde entonces en sedes rotativas. En aquella ocasión, el gobierno griego se negó a prestar apoyo económico y la competencia fue posible por el aporte de casi un millón de dracmas de la época donados por el millonario arquitecto griego Georgios Averoff. Con ese dinero, se pudieron construir las instalaciones necesarias para los Juegos. Por los problemas económicos que afrontaba el país, a los vencedores no se les entregaron medallas de oro sino de plata, mientras que los segundos clasificados recibieron una presea de bronce y los terceros sólo se quedaron con un diploma.

Más de un siglo después, en 2004, Atenas volvió a recibir a los Juegos Olímpicos. La situación económica del país era más próspera que en 1896, por lo que el gobierno estableció un presupuesto de 4.640 millones de euros para la competencia, de los cuales 1.200 serían destinados a la seguridad. Pero los gastos crecieron más de lo debido. Según algunas estimaciones, el costo final de los Juegos de 2004 ascendió hasta los 7000 millones de euros. A esto deberían agregarse algunos proyectos de infraestructura no incluidos en el presupuesto olímpico, como la autopista del Atica, el tranvía de Atenas, el tren suburbano, las diversas extensiones del tren subterráneo y el gran paseo arqueológico del centro de la ciudad, que en total alcanzarían los 3.500 millones.

Contrariamente a otros países organizadores, en 2004 Grecia no recurrió al sector privado para la construcción de las obras para los Juegos. La única excepción fue el estadio de fútbol de Karaiskaki, en Atenas. Así fue como el incremento en el presupuesto olímpico debió ser costeado por los contribuyentes. Georgios Papandreu, el jefe del gobierno griego, reconoció el estado de ruina nacional heredado de los años de gobierno del partido Nueva Democracia, que se mantuvo en el poder hasta 2009. "Desde los Juegos Olímpicos de 2004, el Estado griego duplicó su función pública. Durante cinco años, hemos tenido una segunda Administración". Hoy, Grecia tiene una deuda externa que supera los 200 mil millones de euros. Al ver que Grecia debía afrontar un pago el próximo 19 de mayo y que no disponía de dinero para hacerlo, los países de la Unión Europea (UE), junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), acordaron otorgar ayuda financiera por 110 mil millones.

Pero el plan de salvataje económico externo vino acompañado de exigencias en la política interna, conformadas por las viejas recetas que históricamente impone el FMI: recortes en el sector público y aumento generalizado de los impuestos. Así, las medidas impulsadas por el gobierno del socialista de Papandreu y aprobadas por el parlamento incluyen el recorte del 16% de los salarios públicos, reducción de las pensiones, elevación de la edad de jubilación hasta los 67 años y un aumento del IVA que lo lleva hasta el 23 %. La tasa de desempleo podría alcanzar el 20 %. “La decisión es entre el derrumbe y la salvación”, dijo el ministro de finanzas, George Papaconstantinou, para impulsar el nuevo plan económico, presentado desde el poder como la
única vía posible.

Las respuestas fueron aquellas que llenaron las pantallas durante la última semana. Huelgas generales; marchas multitudinarias en Atenas, Salónica, Patras y Ioanina; ciudades convertidas en campos de batalla con enfrentamientos entre los manifestantes y la policía; tres muertos tras una ataque al banco Marfin Egnatia y decenas de heridos y detenidos. Postales de una situación extrema que se decide en los despachos y se dirime en la calle, como el espacio que expone la resistencia y el conflicto ante un plan que ataca principalmente a las clases medias y bajas, que actuaron como el sustento del actual gobierno socialista. Como siempre en estos casos, las crisis las generan los poderosos y las pagan los más desprotegidos.

El fútbol griego tuvo su primera aparición ante el gran público en 1971, cuando el Panathinaikos perdió la final de la Copa de Europa ante el Ajax de Johan Cruyff. Incluso el club griego disputó la final de la Copa Intercontinental ante Nacional de Montevideo, ya que los holandeses desistieron de participar. En aquel entonces, la victoria fue para los uruguayos. El segundo gran golpe griego sucedió en 2004, cuando la selección nacional dirigida por el alemán Otto Rehhagel venció al local Portugal y se coronó campeón de la Euro. En la Liga local, recientemente el Panathinaikos volvió a consagrarse campeón luego de cinco años de dominio de Olympiakos. Entre los dos equipos se reparten más del 70 % de los títulos de la historia del fútbol griego. La liga creció en los últimos años a partir de la llegada de dinero fresco, que le permitió contar con algunas figuras como Rivaldo (jugó en Olympiakos entre 2004 y 2008) y como el brasileño Gilberto Silva y el francés Cissé (figuras del reciente campeón Panathinaikos). Es una incógnita si los clubes podrán sostener a los jugadores más importantes luego de la crisis. Lo mismo podría pasar en la liga de básquet, una de las top de Europa.

“El deporte distiende en el hombre los resortes tensos por la cólera de la cuestión social” afirmó el barón Pierre de Coubertin en 1921, como una forma de justificar el desarrollo de los Juegos Olímpicos. A más de un siglo de su creación, los Juegos, entre otros factores como el déficit en la balanza comercial, fueron el germen de la crisis griega. Esta vez, parece que con el deporte no alcanzará para soportar los problemas sociales.

La Selección Nacional y Popular

En la mañana, el entrenador de la Selección Argentina Diego Maradona y su cuerpo técnico, junto a los arqueros Diego Pozo y Adrián Gabbarini, fueron hasta la cancha de Cipoletti para realizar un entrenamiento. 500 personas se acercaron al lugar. Maradona respondió con saludos y firmas al por mayor.

Una vez que retornaron a Neuquén, la ciudad donde estaba alojado el plantel argentino antes del partido frente a Haití, un centenar de personas esperó en la puerta del hotel Casino Magic y otra vez Maradona volvió a entrar en contacto con los hinchas. A las 18.30, la delegación partió rumbo a Cutral Có, donde se jugó el amistoso, y una caravana de autos siguió al micro que trasladaba al plantel. Además, cientos de personas se apostaron en la ruta para saludar el paso de los jugadores. Este contacto con la gente de más allá de Buenos Aires quizás sea lo más rescatable del partido amistoso que jugaron Argentina y Haití. El 4 a 0 quedará para las estadísticas y del desarrollo del encuentro pocos se acordarán.

Desde el comienzo quedaron en claro las diferencias entre los equipos. Argentina dispuso de la pelota y el terreno que le cedió Haití, pero aún así al equipo de Maradona le costó generar jugadas de peligro. Algún intento de Bertoglio y poco más. Fue el mismo jugador de Colón quien a los 33 minutos le robó la pelota sin mucho esfuerzo a un defensor rival y definió ante la salida del arquero Jean – Zerphirin. A los 42, un exquisito pase de Toranzo habilitó a Garcé, quien envió en preciso centro que conectó Palermo para marcar el 2 a 0. Al comienzo del segundo tiempo, Sebastián Blanco pateó un centro que se transformó en un tiro al arco y se metió en el ángulo derecho del arco rival. Cinco minutos después, Bertoglio entró por izquierda y marcó el 4 a 0. Entre la falta de profundidad y la poca voluntad de Argentina se fue diluyendo el partido.

El encuentro presentó a un equipo de primer nivel, aunque con jugadores que habitualmente nos son titulares (Argentina), frente a otro de tercer orden (Haití), cuyos futbolistas vienen de soportar una tragedia, con pérdida de familiares y de todo aquello que los rodeaba. En este contexto, se resalta la solidaridad con un país que sufre y la posibilidad de realizar una suerte de homenaje a un futbolista como Ariel Ortega, que con sus vaivenes le ha dado mucho a la Selección Argentina a lo largo de carrera. De aquellas gambetas tímidas en el Mundial ´94, de los enganches interminables en Francia ´98 y de los desbordes infructuosos de 2002, mucho ha pasado en la vida del Burrito. Probablemente no sea la mejor imagen verlo despedirse virtualmente de la celeste y blanca en un encuentro de este nivel, con una actuación baja, pero es lo que hay en este momento.

A 36 días del Mundial, sobran los dedos de una mano para contar a los futbolistas que actuaron frente a Haití y tienen alguna chance de estar en Sudáfrica. Sólo Palermo, quizás Gabbarini o Pozo y Mercier puedan forman parte de la lista mundialista. No queda mucho más para decir. En contraposición a la voluntad de la Selección de arrimarse al interior del país quedan los precios de las entradas, que fueron de 200 a 500 pesos. Eso determinó que el Estadio no estuviera lleno. En un partido que no quedará para el recuerdo, mejor recordar que hace cuatro meses, un terremoto de 7 grados en la escala de Ritcher dejó cerca de 220 mil muertos en Haití. Los futbolistas vestidos con camiseta roja que entraron a la cancha son sobrevivientes de esa tragedia.

Calentando el Mundial

Cristiano Ronaldo, Didier Drogba, Samuel Eto'o, Kaká, Alexandre Pato, Michael Ballack, London Donovan y Dejan Stankovic posaron en calzoncillos con los colores de las banderas de sus respectivos países para un reportaje de la revista Vanity Fair del próximo mes de junio.

Aquí un video de la producción:

Balotelli

La férrea defensa del Inter logró contener los continuos avances del Barcelona en el Camp Nou el miércoles pasado y, pese a la derrota por 1 a 0, el equipo italiano accedió a la final de la Champions League después de 38 años. Los dirigidos por José Mourinho hicieron valer la victoria por 3 a 1 conseguida en el partido de ida y podrán jugar el encuentro decisivo. Pero en el primer partido entre italianos y españoles disputado en San Ciro, hubo un futbolista del Inter que no se fue feliz pese a la victoria de su equipo.

Aquel día, el italiano Mario Balotelli, de raza negra, saltó a la cancha a falta de 15 minutos para el final en reemplazo de Diego Milito, quien había marcado un tanto y había dado dos asistencias. Al poco tiempo de ingresar, Balotelli perdió la pelota y enseguida algunos aficionados lanzaron silbidos sin contemplaciones. Cansado del hostigamiento, el siciliano de origen ghanés respondió con más insultos y al final del encuentro se quitó su camiseta y la pisoteó con desprecio. En el túnel, camino a los vestuarios, fue golpeado por su compañero Marco Materazzi y posteriormente tuvo que abandonar el estadio escoltado por el presidente del Inter, Massimo Moratti, ante las amenazas de los hinchas.

Ante el Barcelona, Balotelli volvía al primer equipo luego de ser sancionado por el técnico José Mourinho. El portugués lo había mandado a las gradas luego de que el futbolista se mostrara en un programa humorístico con una camiseta del Milan, el archirival de su equipo. En un restaurante, Mario fue abordado por un periodista que le propuso probarse la camiseta rossonera. Inicialmente, se mostró reticente, pero cuando creía que no lo grababan, se colocó la casaca sin problemas. Las imágenes tuvieron una gran repercusión y provocaron el rechazo del técnico y, sobre todo, de los tifosi, que no le perdonaron semejante traición.

Mario nació en Sicilia hace 19 años. Hijo de padres ghaneses, fue abandonado y creció desde los dos años en el hogar del matrimonio Balotelli, en la ciudad de Brescia. Durante su infancia, padeció una grave enfermedad estomacal. Aun así comenzó jugando al fútbol en un equipo local, luego pasó por el Lumezzane de la Serie C (donde debutó con tan sólo 15 años) y al año siguiente fue fichado por el Inter.

Desde que debutó en Primera División sufrió los constantes insultos racistas de los hinchas y mostró su fuerte carácter. “Si saltas arriba y abajo, Balotelli morirá. Un negro no puede ser italiano”, fue uno de los cantos que la hinchada del Juventus le dedicó en diciembre pasado. En enero, Balotelli marcó el gol que le dio la victoria a su equipo en su visita al Chievo Verona. Parte del público se pasó el partido silbándolo cada vez que tocaba la pelota. Al ser reemplazo a falta de dos minutos, Balotelli aplaudió irónicamente a los hinchas y luego declaro ante los periodistas: "El público de Verona me da cada vez más asco". Luego fue sancionado con una multa de 7.000 euros por su gesto provocador. El presidente del Chievo, Luca Campedelli, no se mostró muy comprensivo ante la situación: "El problema no es el color de su piel, sino la actitud provocadora que tiene y que incita a que le insulten". El alcalde de Verona, Flavio Tosi, se pronunció en forma aparecida: "Balotelli es un niñato y un provocador. Nunca será un campeón. Un profesional tiene que aguantar pitos e insultos" afirmó. Es frecuente que aficionados rivales arrojen bananas al campo cuando allí se encuentra Balotelli.

Quizás una ayuda para el jugador interista sería leer “Mis estrellas negras”, el reciente libro de Lilian Thuram. Allí, el ex futbolista de la Selección Francesa, Juventus y Barcelona entre otros equipos, recorre la vida de 45 personalidades negras de la historia para reivindicar “que no todas las grandes figuras de la historia son blancas”. En la presentación del libro, Thuram, devinod militante contra el racismo, se manifestó sobre el caso Balotelli: “Lo que es dramático es que se inviertan los papeles y que en lugar de comprender el enorme sufrimiento de ese joven, se le obligue a pedir perdón por su comportamiento”.

Pero la persecución contra Balotelli llegó más allá de los insultos. Ayer, su agente Mino Raiola denunció que hace unos días Mario encontró sueltos los cuatro tornillos de una rueda de su coche y, si no se hubiese dado cuenta, es muy probable que se hubiera matado en la carretera. “El jugador tiene miedo y no se siente protegido", agregó Raiola, quien reconoció que a fin de temporada el jugador probablemente se marche del equipo.

Thuram también afirmó: “He comprendido que el racismo es un problema de educación. Cuando voy a las escuelas, los niños creen que hay razas y que cada una tiene unas cualidades. Los negros, por ejemplo, estamos dotados para el deporte y para la música, pero nadie es capaz de citar a científicos o poetas negros”. Lo más preocupante es que estas ideas arraigadas socialmente se manifiestan en prácticas concretas. Un reciente informe de la Red Europea contra el Racismo sostiene que, en Italia, las enfermeras extranjeras reciben salarios de hasta un 40% menos que sus pares italianas. A la hora de buscar vivienda, en varios países los agentes inmobiliarios discriminan a los inmigrantes no europeos. En España, según un estudio de SOS Racismo, el 80% de las compañías de bienes raíces de Bilbao sistemáticamente se rehúsa alquilar departamentos a ciudadanos negros. En Alemania, un estudio reveló que candidatos de origen turco tenían dos veces más posibilidades de ser rechazados que los alemanes blancos al solicitar la adjudicación de su casa.

Resuena aquí la frase del ex campeón de boxeo Mohamed Alí: “Dentro de 100 años dirán que fui blanco. Como le pasó a Jesús”. Pero Thuram aporta una luz de esperanza para cambiar las cosas: “Si queremos una sociedad más fraternal, tenemos que comprender que no hay una historia negra ni blanca, hay una historia de la humanidad”. Mario Balotelli ha viajado a Brasil para visitar las favelas más pobres de aquel país. Allí, fue huésped de honor del proyecto solidario“Mata Escura - Mata Atlántica” en Salvador de Bahía. También forma parte del Foro Mundial para la Naturaleza. Evidentemente, la bondad y las buenas costumbres no pasan por el color de piel.

Aquí el video donde Mario Balotelli se prueba la camiseta del Milan: